En esto de prepararnos para la apertura de la frontera nos llevamos el suspenso del tirón. Además, sin opción a recuperación. Se está haciendo todo tan mal que parece que se hubieran puesto de acuerdo en esa carrera por ver quién es más torpe o, peor aún, más desconsiderado con el común de los mortales. Delegación del Gobierno ha metido la pata en todos sus pronósticos. No están capacitados en la plaza de los Reyes para darnos lecciones de nada, mucho menos de una gestión mínimamente aceptable de todo lo que está ocurriendo con la recuperación del flujo fronterizo. Suspenden hasta en la manera que tienen de comunicar las cosas.
La gestión que se está haciendo del colectivo de transfronterizos es pésima. Ni se informó a los empleadores durante el periodo de cierre qué debían hacer con esos contratos, ni ahora se está ofreciendo una información clara para reactivarlos. Con el envío de una nota de prensa el pasado viernes, confusa por cierto, no han conseguido nada. Ni siquiera las asesorías o los departamentos encargados de trámites de extranjería saben cómo actuar y por tanto, mucho menos, cómo informar a quienes acuden buscando orientaciones para recuperar el empleo que una vez se tuvo con los trámites legales oportunos.
Es todo un desastre mayúsculo. Se dijo hasta la saciedad que los transfronterizos iban a ser los protegidos. La realidad es bien contraria. La amplia mayoría no tiene su documentación renovada al ser imposible que alguien en Marruecos pudiera cruzar con el Tarajal cerrado a poner la huella en Extranjería –por ejemplo- o se le tuviera de alta en la Seguridad Social si no realizaba sus funciones en Ceuta. Al contrario también pasa: los atrapados aquí carecen de los documentos que deben obtener de manera presencial en su propio país, pero si marchan a por ellos no podrán regresar al momento. Con este panorama resulta complicado entender quiénes pueden cumplir con los requisitos difundidos. Ni tan siquiera se ha optado por salidas más rápidas y mejor ajustadas al beneficio del empleo como hubiera sido la concesión de moratorias reducidas para poner en orden toda la documentación.
Nefasta la gestión en esto, pero también en otros ámbitos sensibles que afectan al día a día de la ciudadanía como es la tramitación y renovación de documentos personales como el pasaporte o el DNI. Imposible obtener una cita, eso a pesar de que la Jefatura Superior anunció el aumento de plantilla para incrementar las atenciones. ¿Acaso desconocían que iba a abrir la frontera y no fueron capaces de prever la que se le venía encima? No solo parece que dejó de hacer las cosas bien sino que sigue sin centrarse en dar el servicio adecuado al ciudadano. Es simplemente una vergüenza, porque no hay otro calificativo para definir lo que está pasando únicamente en Ceuta, ya que en el resto de comunidades no sucede esto.
Tarajal abrió a lo bruto solo para tener el impacto de un paso abierto de aquella manera, sin atender a las personas, sin gestionar los trámites, sin hacer algo más que promesas que suponen una condena para muchos que ansiaban poder recuperar la normalidad.