Hoy me he levantado con un espíritu de bondad, de encontrar una solución. Esa que está oculta bajo los despachos, dentro de un sobre que pone “top secret”. Todos desean verlos pero ninguno encuentran el camino hacia el lugar. Se desprende una preocupación, pero al no dar el paso, se piensa en una voluntad, pero que queda en desidia.
¿Nos habrán preparado para ser de esta forma?, ¿Seremos unos conejillos de indias?, Son tantas las preguntas que me hago que muchas veces me quedo dormido, y la verdad que será por desgastarme en el intento de poder captar la esencia de lo que nos pasa.
Somos mejor ojos con patas, que ven, observan, y no matizan lo que nos están haciendo cada día.
Pero ese instante está ahí. “Volverán las oscuras golondrinas”, o solo serán el producto de una inspiración de un escritor.
La mente es un conjunto de cosas tan serias, que todos especulamos pero nadie sabe a ciencia cierta que es lo que pasa para matizar o madurar una idea. Y eso que muchas veces cuesta encontrar una solución.
Yo siempre pongo el ejemplo de una partida de ajedrez. Por muchas veces que nos planteamos una futura jugada, nunca haremos la misma siempre, aunque alguien desee ayudar. Muchas flancos hay que abrir y otros hay que cerrar.
Pero la partida está ahí, jugándose y si ponemos está atención, necesaria, encontraremos la solución al acertijo que se nos ha planteado.
Es el plan establecido por nosotros y que vemos poco a poco como las murallas de nuestro oponente van cayendo.
Es el momento de la euforia, la alegría y decirnos para nosotros, mismos, que soy un tío genial. Claro que nos lo tenemos que callar y ante nuestro adversario darle la mano y decirle con una sonrisa: “Has jugado muy bien”. Acción y reacción, para poder seguir en el camino de nuestras metas.
Pero para eso se debe de estudiar, mejorar y por supuesto tener ilusión. Para que el mañana sea un objetivo de prosperidad, y no de ser un tranquilo “mejicano”, como dirían ellos, “huevón, huevón”. Que no nos tomen por tontos y que seamos un poco activo en nuestro futuro, que tenemos muy cerca de nosotros.