La magistrada titular del
Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha dejado visto para sentencia un juicio por el que al llamado J.A.R. se le acusa de un delito de lesiones. El
Ministerio Fiscal, tras las versiones del acusado y los numerosos testigos, ha solicitado que se le imponga una pena condenatoria de 2 años de prisión, mientras que la Defensa ha reclamado la libre absolución de su representado. El suceso al que se ha hecho referencia en este juicio tuvo lugar el 10 de septiembre de 2019, en los aledaños de la plaza Carmen Cerdeira. A J.A.R. se le acusa un delito de lesiones por, presuntamente, en una pelea provocar la rotura de la nariz y otras lesiones a I.H., el denunciante en este juicio. El acusado ha negado durante el juicio oral que el causante de esas heridas fuera él, y alude responsabilidades explicando que el propio denunciante tuvo varias peleas durante esa noche. En primer lugar, el procesado explica que fue a comprar unas pizzas, y a su regreso donde le esperaban sus amigos, lo alertaron con los brazos por una pelea que se estaba produciendo entre uno de los testigos (C.L.) y el denunciante. Afirmó que se limitó a separarlos y a tranquilizar a su amigo para que no siguieran en la pelea. Narra cómo minutos más tarde, un conocido del denunciante que previamente había llamado, propinó un “guantazo” a su tío (una de las contradicciones ya que los testigos coinciden todos que fue a C.L) y a él por la espalda. Tras recibir ese "guantazo", se giró y al que encontró a su espaldas fue al denunciante y le propinó una zancadilla provocándole una caída de espaldas. El acusado insistió, una y otra vez, en estos hechos ante las preguntas de la Acusación Particular, la Defensa y el Ministerio Público y confirmó que el denunciante se encontraba solo en el lugar del suceso. Además reiteró que una vez ocurre eso, abandonan el lugar para evitar que se produjera una pelea mayor. Por otra parte, el denunciante da una versión muy contradictoria aunque a veces coincidiendo en alguno de los relatos del acusado. En primer lugar, explica que no se encontraba solo y que estaba en compañía de D.H. (su hermano) y M.N. (un amigo). Él relata que se encontraban en la zona de los hechos y “por un mechero” empieza un forcejeo con C.L. (amigo del acusado) y es cuando aparece el acusado y los separa. Explica que tras el acusado recibir el "guantazo" (coincide que le agreden al acusado, pero no que fuera él) se giró y le propinó una patada que provocó caer en el suelo y es cuando aprovechó para propinarle varios puñetazos, uno impactando en la nariz y provocándole una rotura del tabique nasal. Ahí explica que tras empezar a expulsar sangre por la nariz, llama a I.B. (otro de los testigos) que le conduce con la moto hasta el Hospital Universitario para que fuera curado de las heridas. En esas declaraciones, del acusado y el denunciante coinciden que I.B., el conductor que lleva a la víctima al clínico de Loma Colmenar y una vez ocurre eso hace coincidir a las partes para que se perdonaran y todo quedara ahí. Lo que varía es que el acusado relata que se piden perdón mutuamente y hablan de que todo se ha quedado en un malentendido y él no fue el que le agredió. Sin embargo, el denunciante relata que fue una “encerrona” lo que le hicieron para coincidir y que incluso el acusado le enseñó una navaja para intentar intimidarlo y le amenazó para que no lo denunciara.
Declaraciones de los testigos contradictorias y a favor de sus intereses
Por un lado, los testigos propuestos por la Defensa han ofrecido una versión muy similar, aunque con contradicciones, y todos en defensa del acusado. Han relatado, en primera instancia, lo que el acusado ha explicado, pero no coinciden en que el "guantazo" lo recibe C.L. y en ningún caso el tío del acusado, como así lo ha defendido. Han confirmado que el acusador se encontraba solo en el lugar de los hechos, desmintiendo la versión primera de él. Por otro lado, estuvo presente por la acusación particular D.H. (hermano del denunciante) y faltó, aunque estaba perfectamente citado, M.N. que le fue propuesto para una multa de 200 euros. En lo que se refiere a los testimonios, D.H. declaró que sí se encontraba en el lugar y en compañía de su hermano y que apreció todo en primera persona. Explicó que surgieron los hechos según relató su hermano y, a una pregunta, de la Defensa de por qué si se encontraba allí no fue auxiliar a su hermano respondió con contradicciones, pero alegando en última instancia porque se quedó bloqueado y prefirió rápidamente auxiliar a su hermano que se encontraba en el suelo sangrando. Tras la versión de los hechos, el Ministerio Fiscal ha seguido acogiéndose a la versión del denunciante, eso sí, admitió las múltiples contradicciones que han llevado que el juicio se dilatara en exceso. Además de la pena condenatoria de prisión por 2 años, le pide 4 años de alejamiento a más de 100 metros de la víctima y una multa económica de 10.000 euros por los daños causados. La Acusación Particular ha dado una versión sobre lo sucedido en la que hace ver la claridad de los testimonios de sus testigos y no explicándose las contradicciones de los testigos de la Defensa. Por eso exige, que además del delito de lesiones, se le incluya el delito de amenazas por amedrentar a la víctima para que no denunciara el hecho. La Defensa, por su parte, pide la libre absolución de su representado por existir una prueba de cargo o directa clara como para culpar a su representado de tal delito. Ahora, será la juzgadora la que tendrá que tomar una decisión.