Se trata de un BIC que está sufriendo un rápido deterioro a causa de un empleo “excesivo” para eventos de toda índole
La Murallas Reales no son un patio de recreo ni un parque infantil son, sin duda, la insigne ceutí, un Bien de Interés Cultural (BIC) de uso y disfrute para todos los conciudadanos y, por ello, desde todos los organismos implicados se han implementado las acciones para ponerlo en valor. El problema, explican desde el Negociado de Patrimonio, es que paulatinamente se ha generado una tendencia ciudadana a querer emplearlo para todo tipo de eventos y esto tiene sus consecuencias: una “rápida” degeneración. La “gota que colmó el vaso”, exponen desde el Negociado, fue la estampa con la que amaneció el entorno al finalizar el mercado medieval: un vertedero de basuras y desechos que conllevó a establecer un nuevo planteamiento del monumento. “Estamos estudiando que el uso para ciertos eventos sea de forma exclusivamente puntual”, declaran.
Un continúo uso y su consiguiente deterioro implica incrementar un presupuesto destinado a la restauración que, precisamente, no nada en la abundancia. “Somos conscientes que el paso del tiempo menoscaba los lugares, pero si podemos evitar su aceleración estaremos aprovechando mejor los recursos”, expresan. El último evento cancelado para celebrar en la explanada del patio de armas ha sido una carrera que el ICD organiza para el próximo mes. “No podemos negarnos porque no es propiedad de Patrimonio pero, cuando se requirió el permiso, propusimos otros posibles lugares de la ciudad como la explanada de la Marina”.
Además no solo padecen los eventos los muros de estas Murallas, también los servicios públicos allí presentes como el Museo de San Ignacio o las oficinas de Patrimonio son afectados directos y se ven obligados a permanecer cerrados durante la celebración de este tipo de actos.
La imagen que presentó hace unas semanas fue el cenit, sin embargo, el planteamiento de Patrimonio ya tenía vida en la Consejería desde hace tiempo. “Entendemos que es un entorno fantástico, es precioso y todo el mundo desea celebrar allí cualquier evento, pero es imposible acoger actos deportivos, escolares o ciudadanos constantemente, ni se puede ni tiene lógica”, explican. Como comparativa, para que se entienda mejor, se hace un paralelismo con monumentos símbolos de otras ciudades. “Nadie se plantea darle a la Alhambra ni a los Reales Alcázares un ciudadano diario. Son monumentos gestionados para un fin cultural y, alguna vez, de forma exclusiva pueden acoger un concierto o un teatro. En nuestro caso debe ser exactamente igual”, explican.
Un empleo cultural enfocado al turismo y a ensalzar la belleza patrimonial del monumento, es la idea y el propósito. “El consejero ya tiene conocimiento del asunto y lo respalda, el problema que se abre ahora es llegar a un acuerdo con el resto de entes implicados”, declaran.
Tanto el negociado de Patrimonio como la propia Consejería se encuentran inmersos en la preparación de un proyecto para, posteriormente, elevarlo a presidencia, donde esperan que se materialice.