El 15 de junio comenzó la Operación Paso del Estrecho y antes de esa fecha nos comienzan a vender los políticos de turno las bondades que tendrán los ciudadanos que quieren pasar a Marruecos. Todo será de color de rosa, tendrán mejor sombra, grifos para beber agua y nuevos aseos. Una maravilla.
Una maravilla que no es tal maravilla porque tendrán que esperar horas y horas hasta poder llegar al punto de control de las autoridades marroquíes. Allí tendrán que esperar que registren sus pertenencias y una vez con todo en regla partir hacia sus destinos. Nada complicado si esas esperas no la tuvieran que soportar durante muchas horas niños y personas mayores con problemas de salud.
Pero la Operación Paso del Estrecho también afecta a miles de ceutíes que tienen familiares en Marruecos que ven que es casi imposible pasar porque los tiempos de espera no compensan con las pocas horas que estarán con sus familias. Esos miles de ceutíes se tendrán que fastidiar, porque a pesar de no llevar equipajes ni nada que declarar tendrán que someterse al calvario de tan larga espera.
No podemos olvidar que en verano también nos visita la Operación Minerva y gracias a ella podremos disfrutar de la presencia de policías de distintos países expertos en documentación falsa y otras habilidades profesionales para combatir las entradas irregulares de personas y la comisión de otros delitos.
Tanta seguridad nos abruma, porque para ambas operaciones nos venden un aumento de personal del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil.
“La falta de efectivos en esta época en el perímetro es mucho más evidente porque los guardias disfrutan de vacaciones en los meses de verano y no debemos olvidar que para la vigilancia de la carretera nacional y los accesos a la aduana del Tarajal y la seguridad en el puerto se emplean guardias de la Compañía de Seguridad Ciudadana, encargados precisamente de la vigilancia del perímetro fronterizo y las costas de Ceuta“
Hasta aquí, nada que objetar, aunque en Ceuta todo no es la salida y entrada de vehículos y personas por la aduana del Tarajal y el puerto de Ceuta, también existen problemas serios de inmigración por vía marítima y por el perímetro fronterizo. Hablamos de motos de agua con inmigrantes irregulares, embarcaciones con inmigrantes irregulares y droga y, por supuesto, nuestro dejado perímetro fronterizo donde los guardias de la compañía de Seguridad Ciudadana se juegan el físico en cada salto que se produce.
Todo parece, según nos venden los políticos a través de los medios de comunicación, que se incrementan efectivos en puerto y Tarajal y en AEGC nos preguntamos: ¿Por qué no dicen cuántos guardias se pierden en vigilancia del perímetro y costas? Porque el perímetro y la costa es competencia de la Guardia Civil y también debería formar parte de las tan cacareadas operaciones de prevención de inmigración, pases de drogas y tratas de seres humanos.
La falta de efectivos en esta época en el perímetro es mucho más evidente porque los guardias disfrutan de vacaciones en los meses de verano y no debemos olvidar que para la vigilancia de la carretera nacional y los accesos a la aduana del Tarajal y la seguridad en el puerto se emplean guardias de la Compañía de Seguridad Ciudadana encargados precisamente de la vigilancia del perímetro fronterizo y las costas de Ceuta.
En definitiva, la Unión Europea se gasta mucho dinero en alambradas, concertinas, sensores para avisar de los saltos y un montón de elementos que cada año se les ocurre, pero llegados el momento y después del salto, nos preguntamos: ¿Cuántos guardias civiles hay para detener o controlar a los inmigrantes?
Los Guardias de la valla están abandonados por el gobierno y sus jefes