Un sabor agridulce es el que tienen este viernes de
Pascua los
musulmanes de Ceuta. Debido a la crisis sanitaria provocada por el
COVID-19 no han sacrificado el cordero y tampoco han podido realizar la Musal-la. Aún así, sí que han podido celebrar la fiesta en familia con la misma fe de siempre. FaroTV ha recorrido diferentes barriadas de Ceuta para conocer cómo están viviendo las familias musulmanas esta fiesta de una forma muy atípica. Personas mayores cuentan que es la primera vez que se quedan sin hacer el sacrificio, pero por la salud de los demás entienden la restricción por parte de las autoridades. Eso sí, todos están contentos porque han podido celebrar y disfrutar de un día en familia. La primera parada ha sido Benzú. Los vecinos de la barriada cuentan cómo van a celebrar el día en familia: con cuidado, pero sin sacrificio. Nordi Mohamed Mohamed ha sido primer vecino que se ha aventurado en contar cómo va a ser el día que le queda por delante: “No se puede sacrificar el cordero por la situación que estamos viviendo y vamos a pasar la fiesta sin el sacrificio. Es una situación delicada pero nos tenemos que aguantar”. Aunque confiese que “es una situación complicada a nivel cultural” va a pasar el día con su familia. Insiste en que sin el rito le “falta algo”.
Las calles de la barriada han comenzado a llenarse de musulmanes preparando la fiesta. Aima Mohamed El Harak, vecino de Benzú, entiende que “por causas del coronavirus la gente no puede estar junta”, que es necesario el distanciamiento social. Él personalmente vive con mucha pena esta Pascua porque es el segundo año consecutivo que no va vivir el rito del sacrificio del cordero: “El año pasado por estas fechas estuve estudiando y trabajando en Londres y no pude celebrar este día. Por eso es difícil para mí perderme esta celebración religiosa tan importante”. Desea que el año que viene puedan celebrarlo “sin problemas” y por todo lo alto. Mohamed se sincera, rodeado de sus primos, diciendo que “es un día muy bonito donde nos reunimos toda la familia al completo” lamentando que este año no va a ser así “por las normas de seguridad contra el virus”. Y su padre, Hamido Mohamed Mohamed, aclara que a su familia les va a faltar el rito, lo más importante, “nos va a faltar sabor. No va a ser una fiesta tradicional”. Es consciente del problema de la pandemia y tienen “miedo” de celebrar y acudir a una fiesta multitudinaria, por lo tanto van a quedarse “en familia”. Cuenta que han rezado todos juntos, “aunque no lo hemos podido hacer como debe ser”, y Mohamed desea que “el año que viene, si Dios quiere, volveremos a tener la Pascua de siempre”, concluye. Después FaroTV ha pasado por Hadú, otra barriada adonde las familias estaban llegando a las casas para juntarse. Primos, tíos, sobrinos… La familia de Rocío está tranquila por no poder sacrificar el cordero: “Por un año no pasa nada”.
Por el contrario, Rachid Mohamed, cuenta que va a celebrar el día “con tristeza” porque es la primera vez en su vida, con 46 años, que “no voy a poder disfrutar del rito”. Aún así ha rezado como todos los días con su familia y va a reunirse con ellos “para comer nuestras comidas típicas para estas fiestas pero con un poco de melancolía. Qué le vamos a hacer, estamos en una pandemia. Otra experiencia más en la vida”, dice.
La familia Ayora Ahmed de Hadú lamenta la situación, pero lo que realmente les importa es que el COVID-19 no siga matando. Tres familiares, desde la puerta de su casa, cuentan a FaroTV cómo se sienten y cómo van a vivir este día en familia. Miguel Ayora aclara que no van a sacrificar el cordero, sino que “vamos a estar la familia reunida”. Su cuñado, Mustafa Ahmed Mohamed, corrobora que van a estar “juntos y sin aglomeraciones. Sobre todo vamos a pasarlo estupendo”. Recuerda el crítico momento sanitario que estamos pasando y, por eso “vamos a tirar para adelante” sin lamentaciones. Otro familiar de ambos, Chaid Amar Mohamed, aclara que “no es lo mismo que todos los años, pero eso lo que hay”, así se despide de esta numerosa familia desde la entrada de su casa. FaroTV ha entrado dentro de la cocina de la familia Ayad en el Poblado de Regulares, donde enseñan cómo están cocinando en un día muy triste para ellos. Solo van a comer carne comprada en un matadero y no del cordero que tradicionalmente se habría sacrificado, “no ha sido un año como siempre. Como está prohibido, hemos cumplido con las normas”, dice Himah Chaouati Ayad.
No conciben que no hayan podido celebrar esta tradición islámica milenaria, además, arrastran y sienten más pena porque estos últimos meses han perdido a dos familiares muy queridos: “Sin sacrificio esta fiesta es penosa. Además hemos perdido a mi padre y a mi hermana este año y por eso está siendo realmente duro este día”, explica Hakim Ayad. La última parada ha sido la barriada del Príncipe. Los vecinos estaban muy animados, aunque también hubieran deseado sacrificar el cordero, ¿cómo lo han celebrado? Romaisa Hamed, una adolescente rodeada de su familia, asume que “la fiesta va a ver un poco diferente, pero la celebramos en familia aunque no haya sacrificio”. Esta familia se ha reunido “como todos los años” temprano para “desayunar” en casa de “la abuela”, así disfrutarán de este día tan especial y a la vez tan difícil.
La Pascua todavía no ha terminado pero los protagonistas del reportaje han querido desear un feliz día a todos los musulmanes tanto de Ceuta como del mundo.