Categorías: Opinión

Pasajes baratos, ¿hasta cuándo y cómo?

Pasajes baratos, sí. ¿Ahora o nunca? ‘De momento ‘Acciona’ parece haber destapado la caja de los truenos. La reducción de un 70 por ciento, con respecto a las otras navieras, parece un sueño. Sí, ya dijo el clásico, los sueños, sueños son. En marzo vendrá el despertar. Hasta entonces y, parafraseando a Góngora, “ándeme yo caliente y ríase la gente”. Lo que dure, duró. Ya veremos si tal oferta pueda llevar a la reflexión a las otras dos compañías. Cosa que dudo.
No recuerdo un barco tan repleto de personal y vehículos como el de las 13 horas del pasado domingo en el que regresaba a Ceuta. Al menos, según mis experiencias anteriores, en la misma rotación y horario. Posiblemente un record de ocupación fuera de fechas punta en dicha compañía. Todo pues sobre ruedas para la sucesora de ‘Trasmediterránea’. Y para nosotros, los ceutíes, los eternos cautivos usuarios de la línea.
No es de recibo que, en plena expansión y posibilidades de las técnicas informáticas, el sistema de control y entrega de las tarjetas de embarque se ralentice hasta la desesperación dando lugar a largas colas y retrasos. Y eso si, al llegar a ese punto, te dicen que el sistema no te reconoce tu billete, como me sucedió y pese a que, poco antes, me cerciorara, en taquilla, de su validez. No fui el único. ¿Y ahora qué? Pues a aprovechar la oferta de los 4,80 euros, y a sacarte otro pasaje para no perder el barco. Es lo que hay. Como cuando en Algeciras te piden el certificado de residente y se te ha olvidado. ¿Y esa base de datos? Si no lo presentas, pues ya sabes. A menos que formes un rifirrafe como el que acostumbran a montar en Ceuta ciertos individuos para conseguir lo que quieren. Sucedió también en esa misma cola. Y con su carnet de residente en regla, el vociferante viajero logró su propósito.
Recuerdo lo fácil que era, antaño, el control de embarque de pasajeros cuando nadie podría soñar con la actual revolución informática. Se lo contaba a dos viajeros que, como yo, aguardábamos pacientemente nuestro turno, mientras el sufrido empleado se las veía y deseaba, impotente, ante la lentitud del sistema, para emitir las tarjetas de embarque.
- Miren - les comenté-, entonces íbamos a la compañía ‘Aucona’, pagábamos nuestro billete cerrado que, en forma de ticket, como el de los trenes de la época, nos picaba, al acceder al barco, un fornido marinero, el mismo que se encargaba de subir la pasarela valiéndose de la fuerza de su musculatura.
- No me diga. Pues anda que sí que hemos avanzado…
De acuerdo que, con las reglamentaciones actuales, tal procedimiento ya no sería posible. Pero milagros mayores hace la informática como para agilizar la operación. ¿Consecuencias? El barco salió con media hora de retraso, ante la desesperación y protestas de quienes temían llegar tarde a su turno de trabajo.
Y a lo que iba, a los billetes baratos. Coincido  con cuanto escribía Aureliano Martín el pasado domingo. No se sostiene el rumor de que con tal medida se pretenderían justificar posibles pérdidas, cara a un ERE, con lo barato que ahora son los despidos. Lo cierto es que ‘Acciona’ se ha apuntado un tanto. Y es que, debería ser siempre así cuando, por estas fechas, los barcos van semivacíos. Veremos hasta donde conduce la iniciativa que, caso de prosperar, está claro que habríamos entrado en una nueva dinámica.
Uno, que no se hace ilusiones, teme que lo de ‘Acciona’ sea flor de unas semanas. ¿Desde cuando venimos lamentándonos de soportar las tarifas más caras del mundo para una travesía tan corta? Observen la foto. Data de 1981. “Ceuta contra el monopolio de los barcos. Abajo los precios”, reza la pancarta. Tres décadas después seguimos igual. ¡Ay de aquellos luchadores caballas de entonces, y del mismo PSOE de la época detrás de todas las movilizaciones! Olvidemos lo de una compañía única y la reducción de las rotaciones como panacea para bajar las tarifas. Como tampoco ese barco gratis al día, para turistas, de abril a septiembre, que propone ‘Caballas’. Si los empresarios patrocinaran de alguna manera tal transporte, pues bien. Pero ni la cosa está para tirar cohetes, y lo de ‘Papá Ayuntamiento’ es ya historia. ¿Resultó acaso aquel barco gratis para visitantes de la época de Fortes? No. Como tampoco lo de los gorritos de paja o tanto dinero derrochado inútilmente a través de los años en FITUR.
De momento ahí está ese estudio que la Ciudad trasladará a Fomento, cara a las condiciones que habrán de regir con la futura adjudicataria de la línea de interés público, buscando  un abaratamiento del 33% en las tarifas, estudio del que habrá que conocer sus detalles. Independientemente de su viabilidad de acuerdo con la normativa europea y la libre competencia, veremos lo que resulta.
De momento, atención a la foto que ilustra la columna. No tiene desperdicio.

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