La titular del
Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha dejado visto para sentencia un juicio por un delito contra la
seguridad vial. Antes de que comenzara la vista oral, en el turno de las cuestiones previas, la magistrada ha acordado la nulidad de la prueba del análisis de sangre que se le realizó al acusado en el Hospital Universitario, ya que no fue avisado de que se le realizaba para averiguar si había consumido alcohol o droga. Aún así y tras escuchar a los distintos testigos, el Ministerio Fiscal ha solicitado la pena de 6 meses de prisión, la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante 3 años, así como que se acuerde la pérdida definitiva de vigencia del permiso que le habilita para la conducción. La Defensa, por su parte, ha pedido la libre absolución de su representado. Los hechos a los que se ha hecho referencia en este juicio ocurrieron el 20 de mayo de 2020. El acusado, V.CH.B., circulaba a bordo de una
motocicleta por la cuesta de Caballería cuando perdió el control e impactó contra una farola, causando daños valorados en 971,76 euros, y partiéndose la moto en dos. Personada en el lugar una dotación de la Guardia Civil, trasladaron al acusado al HUCE y se le práctico una analítica en la cual arrojó un resultado en sangre de alcohol de 233,88 mg/dl así como positivo en consumo de cannabis. En su testifical el acusado ha explicado que el
accidente ocurrió sobre las 20:00 horas, y hasta 1 hora más tarde no llegaron los servicios de emergencias. Por esa tardía y por tener el móvil “sin batería” para poder ponerse en contacto de un familiar cogió una botella de alcohol que tenía en la moto y se la bebió. Por eso ha detallado que después del accidente sí bebió alcohol y no antes de coger la motocicleta. Además ha indicado que el accidente se produce porque un coche invadió su carril y él lo esquivó chocando contra la farola que posteriormente estuvo dañada. Asimismo ha asegurado que la botella la llevaba en la moto, y no se rompió porque estaba “entre chaquetas”. Por último ha señalado que sufrió contusiones en rodilla, brazo y algunas quemaduras. El primer guardia civil que ha testificado ha explicado que iba en un vehículo camuflado cuando, subiendo la cuesta de Caballería, se encontró un accidente. Su única participación fue la de controlar el tráfico ya que el accidente se produjo en plena curva y el acusado ya estaba siendo atendido por personas del lugar. Una versión muy similar han ofrecido sus dos compañeros, que llegaron a posteriori, pero han afirmado que no recuerdan ningún tipo de frenado sobre la carretera y ninguna botella de alcohol por los alrededores, como sí ha defendido el acusado.
El Ministerio Fiscal sigue pidiendo sentencia condenatoria
En el turno de informe, el Ministerio Fiscal ha solicitado una sentencia condenatoria, ya que a pesar de haberse declarado la nulidad de los análisis efectuados en el Hospital Universitario, sí está la pericial que según la Fiscalía desvirtúa la declaración del investigado. Ha explicado que en esa pericial viene reflejado que es imposible que consumiera esa cantidad de alcohol entre el accidente y la llegada del 061. Asimismo ha detallado que ningún agente vio la botella de alcohol por los aledaños, y también ha insistido en que ante un accidente de ese calibre lo normal hubiera sido que se rompiera la botella de cristal si es que la llevaba consigo. Por último ha reflejado que el acusado se defiende con la excusa de que un coche invadió su carril pero no supo dar detalles del supuesto vehículo. En esa misma línea siguieron tanto la Acusación Particular como la aseguradora, que además han añadido que el acusado indicó que no recordaba la velocidad pero que iba despacio, un hecho que consideran “inverosímil” por cómo acabó la motocicleta. Por último, la Defensa ha pedido la libre absolución de su representado y se ha basado, sobre todo, en la nulidad del análisis de sangre.