El párroco Guillermo Ibarra se marcha de Ceuta tras casi cumplir tres años en nuestra ciudad. En esta última etapa, el padre ha estado vinculado con la iglesia de Santa Teresa, cuando cubrió la marcha del sacerdote guatelmateco Arturo Pérez Salablanca a la iglesia de Santiago Apóstol del municipio gaditano de la Línea de la Concepción.
Además, Ibarra también deja el cargo de administrador parroquial de la de San José, en la barriada de Hadú. Un nombramiento que se produjo hace justo un año.
A pesar de no estar mucho tiempo en Ceuta, el párroco supo ganarse el cariño de todos los devotos. Tanto de la parroquia de San Juan de Dios, donde estuvo más tiempo, como en esta última etapa en la de Santa Teresa. Ha demostrado ser un cura cercano y que sabía llegar a los fieles que acudían a escuchar la Santa Misa.
Su cercanía es algo que hizo sentir a los fieles desde su primer día en nuestra ciudad y consiguió convertir la parroquia en un sitio familiar y no simplemente en algo de paso.
“La parroquia está abierta todo el día y para todo el mundo. El mensaje que le daría, es verdad que nos ha enseñado en una fe cristiana de aprendernos una oración, pero no a cómo vivirla y yo quiero enseñarla en esta parroquia. Personalmente no me interesa que te sepas un padrenuestro o un credo, sino la persona que venga que tenga una experiencia con Jesucristo”, explicó a este periódico tras su llegada a la ciudad autónoma.
Guillermo Ibarra González ha estado adscrito a la parroquia de San Pedro y San Pablo del municipio de San Fernando (Cádiz), más conocida como Iglesia Mayor. Fue ordenado diácono en 2020 como previo paso al sacerdocio y fue en julio, también de 2020, cuando el obispo Rafael Zornoza le hizo entrega de las llaves de la iglesia de San Juan de Dios
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