La última vez que el nombre de Milud, de 41 años, apareció en el listado del
Plan de Empleo de Ceuta fue en 2008, cuando estuvo dedicado a labores de limpieza. A partir de ese momento comenzó un largo y amargo recorrido para este hombre que en más de una década no ha podido encontrar
un empleo fijo. Cada día que pasa la preocupación es mayor, con una hija y otra en camino, Milud siente que la desesperación se apodera de él, pues los 400 euros que perciben mensualmente entre él y su esposa, en ayudas
por concepto de Ingreso Mínimo Vital, no les alcanzan para “una vida digna”. Por fortuna, al estar en casa de un hermano, no tiene que pagar alquiler, pero aún así su situación es difícil. “Vamos tirando de la ayuda familiar”, ha explicado sobre cómo puede sostener a su familia mes a mes, sin lo suficiente para poder pagar los servicios en su vivienda de los pisos del Tarajal, en la barriada del Príncipe Felipe, donde se encuentra él junto con su mujer embarazada y su hija.
Catorce años esperando una oportunidad
“Llevo catorce años sin trabajar y esperando una oportunidad”, ha insistido el hombre que cuenta que al no estar graduado sus posibilidades se han reducido. A Milud le ofrecieron ser parte de un curso de operador de grúa antes de que finalice el año, pero aunque agradece la oportunidad ha insistido en que “yo lo que necesito es un trabajo porque tengo una familia que mantener”. “Siempre veo a los mismos en el Plan de Empleo, casi siempre los mismos de todos los años”, ha denunciado. Estaba seguro de que este año su situación cambiaría, pero perdió las esperanzas cuando supo que estaba entre los excluidos nuevamente. La historia de Milud se repite en muchos otros desilusionados que esperaban una oportunidad que finalmente se ha desvanecido. Ante la situación ha asegurado que acudirá todas las semanas, de ser necesario, a las oficinas del
Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de Ceuta, para que le ofrezcan alguna alternativa.