El Habib Qadmi llegó a Ceuta en 2019 y lleva ya once meses viviendo en el
Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. Él no quiere estar aquí, sino en Sevilla. Allí es donde se encuentra su pareja, Carmen Gil, a la que conoció en esta ciudad andaluza hace años y con la que se casó en
Marruecos en 2015. A partir de aquí, ambos han intentado luchar para poder vivir juntos en la misma ciudad con sus dos hijos. Es un imposible, algo siempre los separa. En esta ocasión lo hace un centro de inmigrantes, el del Jaral, desde el que no le dejan partir al protagonista de este reportaje, que pasa las semanas y los meses confiando en que algún día llegue el momento de poder cruzar el Estrecho.
Carmen, pareja de El Habib, estuvo residiendo un par de meses en Ceuta, durante el verano del pasado año, pero no pudo permitirse estar más tiempo en la ciudad y tuvo que marcharse. “Ella hizo el traslado de su trabajo y todo, pero el alquiler es muy caro, es imposible vivir aquí”, lamenta este interno del CETI. Además, también explica que su pareja tiene casa en Sevilla, por lo que él únicamente querría trasladarse a la capital andaluza para estar en su verdadero hogar. Ya posee la tarjeta roja con la que se le permite trabajar, pero no ha encontrado ningún empleo ya que tampoco puede estabilizarse para llevar a cabo todos los trámites necesarios. Y es que, en la actual situación, aunque busque no va a encontrar trabajo ya que “no van a dárselo a alguien que ha pedido asilo”. Además, ha insistido en que quiere trabajar en Sevilla, donde podrá ayudar económicamente a su familia.
Le es imposible conseguir un trabajo y lograr la reagrupación familiar
Esta pareja ha intentado de todas las formas posibles pedir que le concedan el permiso a El Habib, pero sin resultados. Ambos aportaron numerosas fotografías juntos, desde que comenzaron la relación en 2011, pasando por los momentos en los que su mujer le visitó en Marruecos, imágenes de su boda e incluso otras de familia en nuestra ciudad. También mostraron los papeles que demuestran que se casaron en 2015 y una declaración jurada de su mujer para que le permitieran trasladarse por “reagrupación familiar”. Pero a pesar de todo esto, en la
Oficina de Extranjería les explicaron que estos trámites “podrían durar mucho tiempo”.
Carmen y El Habib ya tienen planes para cuando puedan vivir juntos. “Cuando pueda estar con mi mujer en la Península tengo planes de casarme con ella en Sevilla. Allí viviré, trabajaré y moriré”, afirma este marroquí atrapado en una situación complicada, en un centro en el que se ve obligado a vivir con más residentes de todo tipo de orígenes sabiendo que ese no es su lugar. Antes de todo solicita que se le escuche y que se tramite su solicitud lo antes posible. “Solo quiero que me dejen estar con mi mujer, no quiero nada más en esta vida”, ha reiterado. Su vida permanece atrapada en el lugar equivocado.