“Parece que están buscando al neurocirujano más barato; y mientras, mi mujer sufriendo”

Miguel Pérez insta a Ingesa a operar a su esposa tras más de un año de espera y el juicio clínico de varios médicos.

En una sanidad pública cuyos directivos se jactan de la calidad del servicio y las líneas de colaboración tendentes a reducir tanto los desplazamientos a la península como las listas de espera, surgen casos que demuestran lo contrario. Neurocirugía es una de las especialidades médicas que destapan las carencias de la cartera de servicios local, según el testimonio de pacientes del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria en Ceuta (Ingesa), muchos de ellos con dolencias relativas a la columna vertebral. Y no son hechos aislados.
Manuela González es una de estas usuarias que peregrinan desde hace más de un año, de consulta en consulta, a ambos lados del Estrecho, narró ayer su marido, Miguel Pérez. El último “juicio clínico” sobre la paciente, emitido por el equipo del Hospital Quirón Campo de Gibraltar, señaló su esposa, donde el doctor Franco le detectó “discopatía lumbar estenosis de canal”, es decir, “presenta hernias de disco L-4 y L-5 y por eso tienen que implantarle tornillos y placa”.
Pérez no es facultativo pero, estimó, ya escuchó el mismo diagnóstico de tres especialistas distintos en Ceuta, Cádiz y Palmones, en Los Barrios (Cádiz). Sin embargo, lamentó su marido, quien acompaña a Manuel González en los “intensos dolores de piernas” que padece, Ingesa “parece que está buscando en las rebajas, a ver qué médico le hace la operación más barata”, valoró. “Pero son personas, no son tomates, y están sufriendo dolores muy fuertes”, sentenció este ciudadano. Ante esa indefensión, solicitan a Ingesa que decida “cuanto antes” dónde operará a su pareja porque estas molestias en las extremidades ya son un tormento.   
Desde que su mujer se incorporó a las listas de espera de Ingesa, a principios de 2014, calculó, “le dicen que pasará por quirófano en breve, pero ese momento nunca llega”. Pérez acudió este lunes al Hospital Universitario a solicitar la historia clínica que Quirón remitió a Ingesa hace unos dos meses y en la que figura la intervención quirúrgica a la que tiene que ser sometida. En el clínico de Loma Colmenar, un portavoz le comunicó que la resolución final no depende de la directiva en la ciudad autónoma, sino que “ahora tienen que dar el visto bueno desde Madrid”. Otro revés que alarga aún más esa agonía con la que conviven “desde hace ya demasiados meses”.  
Desde hace cinco días, sanitarios del centro de salud del Recinto Sur se personan en su domicilio para la inoculación de fármacos que ayuden a su mujer a manejar ese tormento. Un tratamiento que tampoco convence a la familia González Pérez. “Llegará un momento en el que el dolor será adicto a esos estupefacientes y queremos evitarlo”, sostuvo.
Este matrimonio comprendió que no eran los únicos en soportar tal demora a finales de 2014, cuando fueron citados de urgencia un sábado –“nos telefonearon el viernes”– para que Manuela se personara en el Hospital porque tres médicos procedentes de Madrid pasaban consulta”. En aquella ocasión, este equipo de traumatólogos especialistas en espalda atendió a 160 pacientes, tal y como confirmó entonces Ingesa. “Allí nos dijeron que ella podía ser operada en Madrid, lo cual aceptamos y permanecimos a la espera sin tampoco recibir respuesta”.
Esa acumulación de pacientes volvió a quedar patente, recordó Pérez, hace dos meses en Quirón Campo de Gibraltar. La Gerencia de Atención Sanitaria de Ingesa en Ceuta adjudicó 50 consultas de Neurocirugía a este Grupo sanitario a ejecutar entre el 21 de enero y el 30 de junio de 2015. “Aquel día, había en la sala de espera entre 30 y 40 personas de Ceuta –familiares y pacientes–”, explicó un marido que solo vela por la recuperación de su esposa.
Después del fallecimiento de una familiar dependiente, la pareja pasó por la consulta del doctor Mario Velarde Zevallos en Ingesa pero, “cuando llegó el día de la operación, el médico ya no venía”. Pérez se refirió, sin saberlo a la rescisión repentina del contrato por parte de Ingesa. Su periplo por los especialistas continuó en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, “donde entró en lista de espera para, al final, nada”.
Aunque ahora permanecen a la espera de la decisión de Madrid, como les informó Ingesa en Ceuta hace unos días, los aplazamientos anteriores despiertan en el matrimonio ciertas reservas. Solo desean que la próxima vez que reciban la llamada del Hospital, sea para poner remedio al dolor que le ocasionan las hernias discales.