E fectivamente, señor Vivas. Una de las máximas que resume nuestra condición caballa como pueblo con aspiraciones es la que usted ha esgrimido perfectamente. Justo cuando más falta hace. Porque a muchos se les olvida rápidamente de donde vienen y qué fueron o a qué siglas políticas se arrimaban. No sólo en el ámbito político tiene cabida la descripción de nuestra más dura realidad. Podemos llevar sus palabras a otros entornos, a otras profesiones y profesionales y sí me lo permite, me quedaré con ellas durante un tiempo con el único fin de recordar, incluso a usted mismo, que todos nos conocemos para lo bueno y lo malo porque los ceutíes sabemos quiénes son unos y quienes son otros.
Naturalmente que lo sabemos. Por eso siempre me parece muy grato comprobar que esa máxima sigue vigente en esta ciudad, y por más ladrillo que amontonemos y más presupuestos que se nos concedan, pasaran muchos años hasta olvidar ciertos rostros y ciertas acciones. Por eso, señor Vivas, que usted sabe quiénes somos todos, me cuesta en ocasiones digerir ciertas noticias, a ciertos protagonistas y sobre todo, la impasibilidad frente a la cara dura. La otra cara de la moneda que no es patrimonio único de nuestro pueblo, pero que evidentemente la tien
Que la nueva comunión política parezca más un intento desesperado de aglutinar votos que una solución valiente y coherente en contra de su gestión, no merece demasiados comentarios. Sobre todo porque se encuentra en punto de cocción y faltan demasiados días para disponer la mesa electoral, donde no sólo esperamos las sorpresas del contrario. En cuanto al partido socialista, que al parecer no comprende esta unión y mucho menos las siglas patrias que le dan cobijo, probablemente haya rememorado aquellos brindis navideños y aceptado el desafortunado acercamiento. Si en los corrillos de pasillo este oportunismo se cuenta como mero anécdota será porque como usted bien dice, aquí nos conocemos todos.
A fin de cuenta somos ochenta mil habitantes acostumbrados y acomodados. Las concesiones millonarias o las subvenciones, como quieran llamarlas, suenan a bombo y platillo en unos momentos donde hablar de dinero resulta, cuanto menos, delicado. Sin embargo debemos creer en el buen recorrido de estas perras, porque aparcamientos, parques y comercios abiertos son un bien comunitario y necesario. Al menos así nos lo cuentan y así lo acatamos. A
catamos hasta la vergüenza de acudir al servicio de urgencias del nuevo hospital. Ese asentado sobre una ladera gracias a esos mismos ahorros obtenidos en firmas oficiales. Ese donde una mujer espera hasta cuatro horas para que su madre sea trasladada a planta o un bebé de escasos dos meses tenga que esperar hasta tres horas para realizarle una placa. Falta de personal. Sencillamente. Según nos cuentan y nosotros, para lo bueno y para lo malo, así lo acatamos.
El resultado económico de este hospital, por el momento simulacro universitario, es la noticia más comentada del enclave médico y no está en su sofisticada “aparatología”, ni en sus amplias instalaciones, ni en el esfuerzo del personal, me consta, por mantener a ralla la mala educación y las malas costumbres. En realidad gira sobre la escasez de personal. Algo más incomprensible todavía tratándose del factor humano.
La bochornosa imagen en las puertas de urgencias con repetidas discusiones públicas sobre quién debe o no ocuparse de gestionar, por ejemplo, la placa a un bebé, desmerece todo el esfuerzo conseguido por dignificar la sanidad caballa. Así como el silencio casi absurdo de las autoridades competentes que parecen recrearse en las vistas de Loma Colmenar en lugar de pegar un repaso a los interiores. Apunto, para ser honesto, la absoluta profesionalidad del personal de pediatría, aunque algunos responsables de planta piensen igual que usted, es decir, aquí nos conocemos todos, para lo bueno y para lo malo. A veces, estos pensamientos conducen a error porque generalizar según en qué contexto está de más.
A mí me ha gustado su sincero titular. Y lo apunto, para que en otros puntos nos recreemos la vista con noticias imposibles precisamente por conocer a sus personajes.
El remedio ha resultado ser un contratiempo más. Las autoescuelas de Ceuta, cuando al fin…
Antonio Lizana ha sido el encargado de abrir el 30 Festival Jazz Ceuta. Ha sido…
Hasta el 8 de diciembre el Museo del Revellín se convierte en parada cultural obligada…
Tánger, una de las joyas de Marruecos, se ha convertido en la segunda ciudad más…
Ante la gran cantidad de dudas que se generan en torno a la tramitación y…
El Club Anyera celebra este año su 25 aniversario. Para ello, han realizado una serie…