El Papa Francisco recibirá como regalo durante su visita a Marruecos el 30 y 31 de marzo un pequeño árbol de argán, una planta endémica que solo crece en este país y de cuyas semillas se extrae el aceite de argán, muy apreciado en el mundo de la cosmética.
Según explicaron fuentes del Arzobispado de Rabat, este regalo ha sido elegido por considerarse el argán "un símbolo de la fraternidad", de algún modo parecido a la rama del olivo en la simbología cristiana.
Junto a ese regalo, habrá además otro igualmente simbólico: es una escultura en bronce obra de Sahbi Chtioui, un artista de origen tunecino afincado en Marruecos desde hace varias décadas.
La escultura, de aproximadamente un metro de alto por un metro de ancho, representa a "Jesús llevando la cruz", y su carga simbólica viene en esta ocasión del hecho de que las manos que han realizado la escultura, tanto de Chtioui como de sus ayudantes, son enteramente de artesanos musulmanes.
La escultura le será entregada al papa probablemente durante la misa, una celebración en la que se esperan unos 10.000 fieles de numerosas nacionalidades afincados en Marruecos y que será el acto de clausura de la visita papal.
Diálogo entre cristianismo e islam
El diálogo entre el cristianismo y el islam va a ser uno de los ejes de la visita del pontífice a Marruecos, según ha resaltado el arzobispo de Rabat, Cristóbal López, quien puso de relieve la calidad de "jefes religiosos" del papa Francisco y del rey Mohamed VI, que es la máxima autoridad religiosa en su título de "comendador de los creyentes".