Las palabras son importantes y, a veces, tan importantes o más que los objetos y que los hechos porque, además de informar, crean y recrean, llaman y expulsan, comunican y unen, reúnen y dividen, enferman y, a veces, matan. A pesar de esas frases tan repetidas como “A las palabras se las lleva el viento”, o “Son solo palabras”, las palabras son decisivas cuando expresan y apresan la vida. Con las palabras generamos ideas, sensaciones y emociones, y creamos la cultura, ese conjunto de significados que nos definen como comunidades y como pueblos, y que influyen en el bienestar y en el malestar de cada uno de nosotros, de nuestra familia, de nuestros trabajos y de nuestra sociedad.
En esta obra, “una historia de la ciencia a través de las palabras”, Antonio Martínez Ron, periodista científico y escritor, nos proporciona una nueva manera de conocer la decisiva influencia de los descubrimientos científicos en nuestros lenguajes -incluso en el coloquial- y, por lo tanto, en nuestras vidas laborales y en nuestras relaciones familiares, sociales y políticas. Llega a la conclusión de que los hallazgos científicos, además de mejorar los comportamientos cotidianos, nos “regalan” palabras -algunas nacidas en tiempos remotos- para definir unos instrumentos, unas criaturas y unos conceptos que antes no conocíamos o no existían, y que también nos sirven para explicar algunas de las actividades de nuestra vida individual, profesional y social.
"Las palabras son importantes y, a veces, tan importantes o más que los objetos y que los hechos porque, además de informar, crean y recrean"
Nos muestra cómo la investigación actúa como un motor del lenguaje facilitando que las ciencias y las humanidades caminen juntas, y explica con claridad cómo el proceso de poner nombres a los objetos y a las actividades determina la transformación la misma realidad. En mi opinión, con la doble y convergente organización –cronológica y alfabética- del vocabulario que nos propone, y, sobre todo, mediante la habilidad con la que nos describe y nos cuenta los significados de cada uno de los términos que él ha seleccionado, logra que, efectivamente, su lectura nos resulte amena, interesante, sugerente y, a veces, “asombrosa”. No olvidemos que las palabras, al expresar y apresar las ideas, las sensaciones y las emociones, materializan la cultura, nuestras maneras relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo.
Antonio Martínez Ron
Diccionario del asombro. Una historia de la ciencia a través de las palabras
Barcelona, Crítica, 2023
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