540 euros. Esa es la multa que deberá abonar antes de ser expulsado a su país un marroquí que fue sorprendido la pasada madrugada por la Benemérita en el puerto. A sus 27 años, con una orden de prohibición de entrada en Ceuta, el llamado B.E.K. estaba pasando la noche causando daños en los vehículos que tiene el Instituto Armado intervenidos en la explanada portuaria.
Antes de que llegaran las patrullas, el detenido había dañado ya cuatro coches, a los que había roto los cristales y había provocado daños en su interior. La llegada de los agentes evitó que siguiera por esos derroteros. B.E.K. tenía en su poder varios utensilios con los que había roto los cristales.
Una vez que fue identificado, los agentes comprobaron que el individuo estaba en España de manera ilegal, ya que le constaba una orden de prohibición de entrada en territorio nacional que se había dictado el 12 de noviembre por la Delegación del Gobierno en Andalucía.
Lo más probable, como suele ocurrir en otros casos, es que el citado habría sido expulsado a Marruecos pero consiguió entrar de nuevo en Ceuta como tantos otros que forman ese mundo invisible paralelo, al margen de la legalidad, y que merodean por la zona portuaria buscando nuevos pases a la península o robando.