22 inmigrantes en sólo tres horas: nuevo récord en las entradas clandestinas de inmigrantes con el que topa la Guardia Civil. El de ayer fue un día de enorme presión migratoria en la bahía sur. Pasadas las cuatro y media de la madrugada se producía la primera entrada importante de subsaharianos. Un grupo 19 bajaba del bosque en el que se ocultan siguiendo el mismo modus operandi que emplearan, la semana pasada, otros compatriotas. Arrastrándose como en las trincheras llegaron a la zona de playa para, todos a la vez, intentar llegar a nado hasta Ceuta. Once de los 19 fueron detenidos por las fuerzas de seguridad marroquíes, mientras que los ocho restantes sí consiguieron llegar hasta casi la playa del Tarajal, en donde fueron rescatados por la Guardia Civil.
Este era el primero de los avisos de presión, ya que todavía quedaba por producirse otro intento más. Así, tan sólo tres horas después, pasadas las siete de la mañana, se detectó la presencia de dos balsas neumáticas. Una ocupada por seis subsaharianos y otra con ocho. Ambas bordearon el Tarajal y fueron auxiliadas por la unidad de Salvamento Marítimo de Tarifa Tráfico ‘Gadir’. En este caso las balsas fueron localizadas casi cerca de la Almadraba, sin que las fuerzas de seguridad hubieran detectado el pase.
Todos los inmigrantes fueron trasladados al puerto deportivo en donde los propios guardias civiles les proporcionaron mantas y alimento, ya que en ninguno de los casos requirieron asistencia sanitaria. Los subsaharianos proceden de Guinea, Camerún, Ghana y Costa de Marfil, son todos adultos y según manifestaron ante la Policía Nacional, encargada de su filiación, habían partido de los asentamientos boscosos en los que se ocultan.
Esta entrada ratifica la ya más que publicitada presión migratoria que se produce por vía marítima. Las cifras apuntan a una notable presión. El pasado mayo se cerró con entradas que rozan los 90 subsaharianos -sólo en una semana entraron 40- y ya este mes de junio superan los 20. Las conexiones entre quienes esperan para cruzar y quienes ya están en Ceuta son más que evidentes. Las visitas de subsaharianos del CETI al entorno fronterizo conforman la infraestructura informativa necesaria al otro lado, en donde se organizan las entradas a la ciudad bordeando los espigones de Benzú o, más asiduamente, del Tarajal.
Más movimientos en el CETI
No sólo la situación está convulsa en las entradas de subsaharianos por vía marítima. En el CETI los ánimos no están demasiado tranquilos. Los colectivos piden salidas, y éstas no se producen desde marzo, al menos de forma oficial. El pasado martes los congoleños acudieron a la Policía a pedir explicaciones y ayer los cameruneses y marfileños sondeaban la posibilidad de organizar sentadas en la plaza de los Reyes pero sin la carga belicosa de la que hicieron gala sus compatriotas el pasado verano. Todas las marchas del CETI que se están produciendo en las últimas semanas están siendo de manera oficiosa, es decir, colándose en los camiones de basura.