Hay cruceristas que se asombran de que exista una ciudad europea en África. La presencia de turistas fue fácilmente apreciable en los monumentos más céntricos.
El Oosterdam hizo ayer su entrada en el puerto casi al mismo tiempo que comenzaba a amanecer. Sobre las 6:00 horas el crucero de la naviera Holland America Line volvía a atracar en el Muelle España, esta vez con unos 2.100 turistas. Una hora después bajaban los primeros visitantes, casi todos holandeses, que fueron los más madrugadores, según los guías turísticos de la Ciudad que les esperaban en tierra en el stand ubicado al pie del crucero. Luego, a medida que avanzaba la mañana, las nacionalidades fueron mezclándose ante el stand. Predominaron los británicos y estadounidense, los más numerosos entre el pasaje, pero también había rusos, australianos, holandeses y españoles, en su mayor parte procedentes de Madrid.
Los ciudadanos de nuestro país eran los que, lógicamente, mejor sabían el suelo que estaban pisando. Otros, en cambio, llegaban un tanto despistados y se mostraban sorprendidos de que existiera una ciudad europea en el norte de África. A estos turistas menos documentados los guías les explicaron que en realidad hay dos.
También había visitantes que, sin ninguna duda, habían empleado tiempo en informarse sobre nuestra ciudad. Estos preguntaban directamente por el mirador de Isabel II o por el de San Antonio. “Es gente que busca algo diferente”, señala César Ruiz, uno de los guías turísticos. Algunos cruceristas se interesaron por saber cómo llegar a Gibraltar, un viaje que resultaba imposible por la falta de tiempo. En cambio sí existía la posibilidad de desplazarse a Marruecos. Quienes así lo quisieron pudieron subirse uno de los cuatro autobuses que a primera hora salieron hacia el país vecino.
Una visita cómoda
Sin embargo, en su mayor parte, los cruceristas optaron por una visita sencilla y mucho más cómoda a nuestra ciudad. “Buscan un paseo tranquilo. Muchos vienen de países nublados y fríos. Un día soleado y no muy caluroso como el de hoy para ellos es un lujo”, explica el guía, “ven como una cosa sana y saludable poder pasear al lado del mar en un día de verano”.
Esos paseos por nuestra ciudad buscaban unos destinos muy concretos, a la vista de los preguntas de los cruceristas: la zona monumental entre las Murallas Reales y la Plaza de África, las playas más cercanas, la zona comercial desde la Gran Vía a la Calle Real, el Parque Marítimo… Ésos son los destinos básicos. Luego había quien preguntaba por los miradores que ofrecen las mejores vistas de Ceuta. Sin embargo, aunque cada turista desea algo diferente, en su mayor parte buscaban una visita tranquila y segura. “Les encanta Ceuta porque ofrece lo que ellos esperan: una calle peatonal, con sus bares donde tomar una cerveza, tiendas… y poder ver gente diferente, el ambiente que hay en la ciudad, la mezcla de culturas, personas de origen bereber… Todo eso a ellos les llama a atención”, explica César Ruiz.
Además, Ceuta es una ciudad muy accesible para el visitante gracias al trazado sencillo de sus calles, lo que permite ubicarse con facilidad. Y a todo ello se suma que el barco atraca prácticamente en el centro de la ciudad debido a la ubicación del puerto, lo que permite a los turistas regresar y embarcar en apenas diez minutos.
Ayer pocos cruceristas se quedaron en el Oosterdam. Desde primera hora no dejaron de salir del barco para dirigirse directamente al stand turístico de la Ciudad. Durante toda la mañana los guías estuvieron atendiendo a los visitantes. Se cruzaban así los que empezaban su recorrido por Ceuta con algunos que ya regresaban con compras a pesar de que el crucero cuenta con una gran variedad de tiendas. Sin embargo, esos establecimientos no siempre pueden ofrecer lo que van buscando los 2.100 turistas que forman su pasaje. “Desean algo particular, de aquí, de Ceuta, la ilusión de comprar algo de esta ciudad para que cuando regresen a sus casas piensen: esto yo lo he comprado en este sitio. Muchas veces lo que buscan es el recuerdo del lugar que han visitado”, explica el guía turístico. En busca de ese recuerdo muchos salieron ayer del barco cámara en mano. De este modo, la presencia de cruceristas era fácilmente apreciable alrededor de las estatuas y los edificios ubicados en los lugares más céntricos de la ciudad, como la Casa de los Dragones o el Monumento al Cofrade. También se hizo patente la llegada del Oosterdam en el Santuario de la Virgen de África y en la Catedral. Allí, entre los fieles, era fácil ver entrar a estos turistas y salir tras tomar alguna fotografía. Incluso hubo cruceristas que aprovecharon la ocasión para tener unos minutos de recogimiento ante la imagen de la Patrona, que probablemente ayer escuchó algunas plegarias en inglés, ruso, holandés o en español con acento madrileño.
Ultima visita, en octubre
El crucero de la naviera Holland America Line se despidió ayer por la tarde de Ceuta. A las 16:00 horas inició las maniobras para salir del puerto, pero aún regresará este año una vez más a nuestra ciudad. Esta previsto que realice una última visita en octubre con un número similar de turistas.
Estas escalas y las previstas en 2017 son el resultado de los acuerdos que la Autoridad Portuaria alcanzó con la naviera hace dos años en la feria internacional Seatrade Cruise.