‘ConMedia Farsa’ hizo ayer su estreno de la temporada en el Revellín con ‘No te vistas para cenar’. Una comedia de enredo que congregó a un numeroso público
Las mentiras, historias paralelas y secretos que salen a la luz cuando alguien confunde a una persona con otra son los elementos que dan pie a la cadena de enredos y trazan el curso de la trama de este tipo de comedias que tanto gusta al público caballa. Así lo refleja la programación del teatro y la asistencia a las diferentes funciones que se suceden. El grupo amateur ‘ConMedia Farsa’ es ya un experto en satisfacer los gustos de su público, conocen a la perfección sus exigencias y por ello incluyen en sus dos representaciones anuales este género. La compañía demostró la madurez adquirida a lo largo de estos años en el mundo de las artes escénicas. Casi una década de experiencia les respalda a lo largo de la cual han adquirido un gran control del género. Lo demostraron anoche con ‘No te vistas para cenar’, otra comedia más de enredos en la que, a pesar de las enrevesadas situaciones, consiguieron salir airosos.
Con unas 400 localidades vendidas la obra se convirtió en uno de los mayores éxitos de la compañía. Y es que el público ceutí este mes demanda teatro. Arropados por su fieles asistentes, la compañía intentó superarse para captar a aquellos que quizá no lo sean tanto y demostrar que están al nivel de este tipo de comedia. Un género realmente difícil que exige dos cosas importantes: una historia compleja y bien urdida llena del mayor número posible de confusiones y malentendidos, y por otro lado, los actores han de tener una gran vis cómica. El resultado: bastante notable. El público rió y se desternilló y con ello se alcanzó el fin principal de este tipo de representación, ya que no se trata de una pieza con la que se busque trasmitir un mensaje ni invitar al público a una reflexión.
Fue una obra trepidante y dinámica que contando con las características que definen al género el fracaso se presentaba como una gran probabilidad, sin embargo se tiraron a la piscina y nadaron sin problemas, con una comodidad sobre el escenario que se asentaba a medida que avanzaba la función. Pero quizá, más allá del enredo, si hay que resaltar algo de la obra de ayer fue la buena química del elenco, sin la que hubiera sido imposible conseguir ‘cuajar’ toda la trama. Fue sin duda el punto más brillante y la clave para hacer de esta adaptación teatral un representación distendida y cómica.