Hoy es el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que afecta a nuestros mayores. Durante el confinamiento sufrido debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, los familiares tuvieron que convertirse en los terapeutas y cuidadores de las personas con Alzheimer. Tras la vuelta a la normalidad, los enfermos con deteriorio cognitivo, y según han indicado algunas asociaciones, se ha podido comprobar que estos pacientes han sufrido cierto deterioro.
En este día dedicado a las personas con Alzheimer, nos hemos querido acordar de la gente que hay junto a ellos. Esos familiares y cuidadores que hacen que el día a día de los mayores con este padecimiento sea más fácil. Hayar El Habti Mohamed es la cuidadora de Meli, una mujer de 85 años que dedicó toda su vida a cuidar a sus 8 hijos.
Hayar El Habti lleva un año y 3 meses cuidando de Meli. “Yo estaba haciendo las prácticas en la Fundación Gallardo, cuando conocí a la hija de Meli. Le gustó cómo trataba a los pacientes y me dijo que si quería cuidar a su madre. Y acepté”, contó la cuidadora.
Desde ese momento, Hayar y Meli son inseparables. “Para mi es como parte de mi familia. Yo la quiero un montón”, aseguró la joven. Desde que se levantó el estado de alarma, esta joven cuidadora acude de lunes a viernes a la casa de Meli para continuar con su rutina. “Al principio cuando iba me confundía con la novia de su nieto, pero ya sí sabe quién soy. Me abre todos los días la puerta”, comentó El Habti.
Para trabajar con un enfermo de Alzheimer se precisa paciencia. Así lo indicó la propia Hayar El Habti como algunas de las asociaciones destinadas al cuidado de estas personas. “Hay que tener mucha paciencia y estar preparada para explicarle las cosas las veces que haga falta”, aseguró la cuidadora.
Además de la paciencia, según indicó la directora del Centro de Día de Cruz Roja, Cristina Hernández, también es muy importante “no discutir con los enfermos de Alzheimer”. Esto se debe a que algunos de ellos, en algunas fases pueden sufrir alucinaciones. “Si el paciente te está diciendo que quiere irse a casa de su madre, aunque su madre haya fallecido hace cuarenta años, no vale de nada discutirle”, apuntó Hernández. Para estos casos, la directora aconseja distraerlos con cualquier otra actividad.
Las personas que sufren Alzheimer empiezan a desarrollar cierto síntomas que alertan de su deterioro cognitivo. “La memoria a corto plazo ya no la tiene. Cuando la conocí no se le olvidaban tanto las cosas, pero ha ido empeorando”, señaló Hayar. Además, reconoció que cuando volvió a cuidarla tras el confinamiento pudo ver un gran cambio en ella. “Fisicamente no, pero su memoria había cambiado”, añadió.
El deterioro en el estado de Meli no es el único que se ha podido observar. “Las personas mayores han sido los más damnificadas, porque las personas con un deterioro cognitivo o con Alzheimer han sufrido deterioros cognitivos brutales”, apuntó el director de la Fundación Gallardo, Jesús Perea. Además, indicó que “tuvimos que reevaluar a todos los usuarios para ver la situación cognitiva en la que se encontraban”. De esta forma, conocen su estado actual para asignarles una programación adaptada a su deterioro.
A la Fundación Gallardo acuden usuarios diagnosticadas con Alzheimer, pero también quien no. “Tenemos personas que vienen dos, tres veces por semana a realizar los talleres de estimulación”, señaló Perea.
En esta fundación cuentan con usuarios diagnosticados en los estadios inferiores de esta enfermedad. “Nosotros trabajamos el estadio preventivo, el inicial y el estadio leve-moderado”, indicó Perea. En Ceuta, para trabajar las fases más avanzadas de esta enfermedad -desde la fase de prevención hasta la última fase, cuando ya están encamados- los usuarios acuden a Cruz Roja, más concretamente al centro de día.