Opinión

El origen de la tradición de los Reyes Magos

¿Conoces la historia de los Reyes Magos?. Pues ya tenemos a la vuelta de la esquina un momento entrañable para nuestros peques…¡el día de los Reyes Magos!. Esta es su historia y origen… Pequeños y mayores esperan con emoción la mágica noche del cinco de enero, pero pocos saben ¿cual es el origen de esta maravillosa tradición? que ha perdurado hasta nuestros días y, que cada año llega cargada de regalos y de ilusiones. Los tres Reyes Magos son un símbolo de la Navidad y la cultura infantil, puesto que es tradición que la noche del cinco al seis de enero, el trio de personajes visite los hogares de los niños que han sido buenos para obsequiarles con regalos. Esta entrañable festividad tiene su origen en la Bíblia: en la tradición cristiana, los Reyes Magos eran los nobles peregrinos procedentes de Oriente que siguieron una estrella guía milagrosa hasta Belén, donde rindieron homenaje al Niño Jesús como rey de los JudÍos (Mateo 2- 1- 12). Ya van a llegar, ya vienen de camino. Los Reyes Magos harán su aparición en la madrugada del día 6 de enero en España para dejar sus regalos. Es la noche de más ilusión de todo el año. El día en que los niños casi no duermen para recibir a SSMM. y sus camellos, y disfrutar de días de juegos. Estrenar juguetes es algo que a todos les encanta. Pero no cabe duda, que como abuelo observo que cada vez los Reyes Magos lo tienen muy complicado, ya que los niños de hoy tienen de todo y pensarán ¿qué le llevamos de regalo?, desde luego no es mi época, en la que imperaba el caballo de cartón, el patín, camiones de madera y el célebre acordeón de papel cartón…

El origen de los Reyes Magos

La única alusión que tenemos a estos personajes aparecen en el Evangelio de San Mateo, en el que se mencionan a unos “magos”, de quienes no da nombres, ni dice que fueran reyes, y ni mucho menos que fueran tres. El Evangelio cuenta que unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acaba de nacer. Al enterarse de esta noticia, Herodes el Grande, que por esa época era el rey de Judea, los mandó llamar para interrogarlos, y les hizo prometer que una vez hallaran al “Niño” se lo comunicarían para que pudiera adorarlo él también. Al abandonar el palacio y ser guiados por la estrella, los magos encontraron al “Niño” en un establo en Belén, junto a María y José. No obstante, señalo que los Reyes Magos con Gaspar, Melchor y Baltasar, los nombres de los reyes tienen origen en el texto “Liber Pontifiacalis”, donde se especifica que se conocía a “Gaspar” como el rey de India. Por su parte, Melchor era considerado como el rey de Persia, mientras que Baltasar fue el rey de Arabia o Etiopía. Los Reyes Magos no eran hechiceros ni poseían ningún tipo de magia, al contrario de lo que se pueda pensar actualmente. Tras postrarse ante él y ofrecerle Oro, el metal de los Reyes; Incienso, la ofrenda de los dioses; y Mirra, como anuncio de sus futuros padecimientos, fueron advertidos por un ángel de no volvieran al palacio de Herodes ya que este sólo quería acabar con la vida del “Niño”.

Oro, Incienso y Mirra

El Oro: El nacimiento del niño Jesús tiene lugar en Belén, una ubicación muy humilde. A pesar de la ubicación humilde, esto no impedía, que su llegada al mundo siguiese siendo como la de un Rey. Por ello, al tenerlo en la consideración de “Rey”, los Reyes Magos de Oriente se postraron ante él en el Portal de Belén y, entre los regalos que le hicieron, el ORO era uno de ellos. Este metal simbolizaba la pureza, puesto que no se corrompía ni se alteraba, por lo que su valor era muy preciado y se entregaba a Jesús por ser merecedor. El Incienso: El incienso es una de las sustancias aromáticas que más desprende olor, un aroma muy agradable. Tradicionalmente, se ha vinculado su uso al culto por la divinidad y como una gran ofrenda en honor a todos los dioses. En este caso, el niño Jesús, considerado como el nuevo Dios, es quién recibe este tipo de reconocimiento. Es considerado como un signo sensible de calidad de Dios traído para los hombres. Señalamos que después de más de 2.000 años, el incienso continúa utilizándose en celebraciones con carácter litúrgico de la Iglesia Católica. No obstante, existe diversidad de criterios para determinar el tipo de incienso que los Reyes Magos regalaron al niño Jesús. Por un lado, se considera el término “thus” dentro de la Bíblia como significado de “incienso”, mientras que la versión griega hace referencia a San Mateo, y se utiliza la denominación de “olívano”, es decir, una “variedad del incienso definida como una sustancia gomosa” cuya composición está formada por diferentes resinas que desprenden un buen olor al quemarse. La Mirra: La mirra es una resina en estado sólido destinada al embalsamación. Por ello, el uso más recurrente de la mirra era el último cuidado dedicados a los muertos antes de ser enterrados. El significado de la mirra para el niño Jesús era una especie de anuncio anticipado de que en algún momento iba a fallecer como cualquier otro ser humano, aunque más tarde, resucitaría. Además, otro sentido del regalo de la mirra de los Reyes Magos al niño Jesús es su utilidad como analgésico, ya que se tomaba normalmente mezclándola con vino, pues de esta manera, se interpretaba que Jesucristo, es decir, la representación humana de Dios llegaba al mundo para quitar el dolor a la humanidad.
El nombre científico del árbol que segrega la “mirra” es “Commiphora myrrha”. Crece en el noroeste de África, en Turquía y Arabia. Además de ser una resina con componentes aromáticos, también contiene distintas propiedades nutricionales.

Las representaciones de la Navidad

Las representaciones populares de la Navidad parecen comprimir la historia de la Navidad para hacer que parezca que los tres Reyes Magos se presentaron en Belén en Navidad, pero las celebraciones tradicionales sitúan su visita 12 días después de Navidad. La conmemoración oficial de la llegada de los Magos, denominada “Epifanía” o día de Reyes, es una de las festividades cristianas más antiguas. Los católicos romanos celebran la Epifanía el 6 de enero, mientras que la fe cristiana ortodoxas la celebran el 19 de enero. Los evangelios ofrecen muy pocos datos sobre los Reyes Magos; en realidad, la historia sobre los “Magos de Oriente” aparecen bien definida en los “Evangelios Apócrifos”, (La palabra apócrifo significa literalmente “cosa escondida u oculta”, pero cuando la aplicamos a un evangelio significa en realidad que quedó fuera del canon del Nuevo Testamento y, por lo tanto, era un texto sospechoso de contener enseñanzas heréticas o poco recomendable) muy ricos en descripciones sobre estos personajes. En ellos, el término “Maho” se ha de interpretar como un sinónimo de “astrólogo”, un sabio que puede, a través de la lectura de las estrellas, predecir acontecimientos. Quinto Séptimo Tertuliano, padre de la Iglesia en el siglo III, creyó ver una mención a los tres Reyes Magos en el Salmo 72 del Antiguo Testamento, que dice lo siguiente: “Que los reyes de Sabá y Arabia le traigan presentes, que le rindan homenaje todos los reyes”. El hecho de que fueran tres se vincula tanto a la Santísima Trinidad como al número de regalos que estos personajes llevaron al niño Jesús.

La Edad Media puso nombre a los tres Reyes

A pesar de las respuestas que se puedan encontrar en “la Bíblia”, el origen de los Reyes Magos tal como lo conocemos en la actualidad tiene su origen en una larga tradición medieval que los “bautizó” con los nombres de MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR. También se relata que fue en el siglo V cuando, por obra y gracia del Papa León I, se estipuló que los magos, sabios o astrólogos eran tres, como había escrito ya Orígenes en el siglo III d. C. De sus nombres, seguía sin saberse nada. Es en los mosaicos de San Apolinar de Rávena (Italia) donde se rebelan por primera vez.
En España, y gracias a los testimonios escritos y artísticos que se guardan en la Biblioteca Nacional de España, somos testigos del nacimiento de esta leyenda a lo largo de los siglos, en concreto en una de las piezas más excepcionales de la literatura española del siglo XII, el llamado “Auto de los Reyes Magos”, una obra fundamental en la historia de la literatura española por ser el texto teatral más antiguo que se conserva en lengua castellana. En dicha obra, aparecen “Melchor, Gaspar y Baltasar”, pero no son definidos como “reyes”, sino como steleros, es decir astrólogos. Según la historia, el citado “Auto de los Reyes Magos” es el primer texto dramático que como hemos indicado escrito en castellano que conocemos. Se trata de una obra que, según se estima, se escribió en el siglo XII y que fue encontrada en la biblioteca de Toledo, por tanto, es una obra toledana. El texto habla sobre la llegada de los Reyes Magos y, por eso también se conoce con el nombre de “Adoración de los Reyes Magos” y está escrita en castellano medieval. El autor del “Auto de los Reyes Magos” es una de las incógnitas dentro de la literatura española. Estamos ante un texto de gran importancia histórica y literaria, aunque sin embargo, el autor es anónimo. Y es que, pese a haber sido una obra del siglo XII, esta no fue encontrada hasta siglos más tarde, (siglo XVIII) de la mano de Felipe Fernández Vallejo, un arzobispo gallego. Volviendo a los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecieron por primera vez en el famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar en la ciudad italiana de Rávena (Italia). Según un manuscrito del siglo XIII, se creía que los Magos podían proteger contra la epilepsia, y bastaba con rezar una breve oración al oído de un enfermo pronunciando el nombre de los tres Reyes para curarlo. En el mosaico cada uno sujeta en sus manos un recipiente. No es la primera imagen de los Reyes Magos, pero sí la primera en la que se leen sus nombres. Sobre cada uno de ellos, si se mira con detenimiento la foto se lee, de izquierda a derecha: “Balthassar, Melchior, Gaspar, Sabios, magos astrólogos.” En algunos puntos de Europa, el día 6 de enero se inscribían sus iniciales, GBM, en todas las puertas de las casas y en los establos para salvaguardar a las personas y a los animales contra el ataque de demonios y brujas. La adoración de los Reyes Magos fue un motivo pictórico que alcanzó su máximo esplendor durante “el Renacimiento”. Grandes maestros como Masaccio, Fra Angelico, Gozzoli o Botticelli, en Italia; Van der Weyden, Memling, El Bosco y Rubens, en Flandes, y El Greco, Velázquez y otros, en España” recrearon la famosa escena. La imagen era siempre la misma en la tradición cristiana: tres reyes vestidos con aúreos trajes y acompañados de exóticos séquitos, arrodillados en un humilde establo de Belén.


Una Festividad llena de tradiciones

Si nos trasladamos al siglo XIX en España su historia de transformó , en una tradición: la tradición de ofrecer regalos a los niños el 6 de enero, “Epifanía del Señor”. Todos los años, semanas antes de la llegada de la Navidad, los niños empiezan a pensar en los regalos que desean que les traigan los tres Reyes Magos. Es el turno de escribir la “carta” a los Reyes Magos, un momento de enorme ilusión y fantasía para los más pequeños. En ella, los niños cuentan como se han portado a lo largo del año y qué regalos les gustaría ver en el salón de su casa el 6 de enero cuando se levanten. Que los niños escriban su carta a los Reyes Magos, durante los días previos a la noche del 5 de enero, es una costumbre bien arraigada en nuestro país. En cualquier caso, la carta dirigida a sus majestades de Oriente era, y sigue siendo, el principal medio utilizado para elevar los deseos infantiles a las mágicas altezas. Una nada desdeñable cantidad de correspondencia, la caja 232 del fondo Almodovar, sorprendió la existencia de tres cartas a los Reyes Magos, del cual presento una de ellas (redactada entre 1.916 y 1.923)

Queridos Reyes:

“Sabiendo ya que Vuestras Majestades no suele dar nada a los doce años yo aunque bastante atrevido os pido cinco pesetas en indemnización de lo que he gastado hoy como vuestras Majestades sabrán. Ya no me atrevo a ser mas petidor: Vuestras Majestades dispenses de mi atrevimiento y queda vuestro seguro servidor que besa vuestros pies el humilde siervo”. Perico. No existe un modelo único, sino que cada niño puede elegir el formato que más le guste; al igual que son múltiples las formas de enviar sus peticiones
Otra costumbre de la Noche de Reyes es dejar los zapatos de cada miembro de la familia en el balcón para que Sus Majestades depositen dulces en su interior. Esto tiene su origen en una curiosa leyenda: dos amigos del niño Jesús, apenados de verle siempre descalzo debido a la pobreza de su familia, quisieron darle sus propios zapatos; pero como eran usados, en un intento de que parecieron nuevos, y para que tuvieran mejor aspecto, los generosos niños se esforzaron en limpiarlos al máximo, así que los lavaron y los dejaron por la noche en el balcón para que se secaran. Al día siguiente, milagrosamente los zapatos aparecieron llenos de regalos y dulces como premio a su buen corazón. Los Reyes Magos habían pasado aquella noche por allí y habían recompensado la bondad de los dos niños. Tampoco se debe olvidar dejar agua y pan para los camellos, y una copita de licor o un vaso de leche y turrones para que los cansados Reyes recuperen fuerzas. Pero no todos los niños recibirán un regalo por su buen comportamiento. Está establecido, que los Reyes dejarán un trozo de “carbón” a todos los niños que se hayan portado mal durante el año (en la actualidad se deja al niño travieso un trozo de azúcar que imita al carbón). Para acabar el día más maravilloso del año, no puede faltar el dulce por excelencia: el “Roscón” o “Tortell” de Reyes. Consiste en un bollo en forma de rosca adornados con fruta escarchada, y aunque el original se prepara con mazapán, en la actualidad pueden rellenarse de crema, nata e incluso chocolate. Sobre el roscón, se dispone una corona de rey mago al afortunado que encuentre la figurita escondida en su interior. Por el contrario, a quién descubra el haba seca (en sus inicios era una moneda. Con el paso de los siglos, en el III d. C., comenzó a introducirse un haba en el roscón, considerada símbolo próspero y de fertilidad) no le quedará más remedio que pagar el precio del dulce. No hay que olvidar que “El Roscón de Reyes”, se trata de una tradición que llegó a España de la mano de los Borbones, concretamente del Rey Felipe V, (1700–1.756) quien introdujo este postre en nuestro país y rápidamente se convirtió todo un furor durante estas fechas. A pesar de vivir en la era de la tecnología, hay tradiciones que perduran con el tiempo, de modo que no queda otro remedio que acostarse pronto, dejar los zapatos bien limpios, comida para los camellos y un detalle para Sus Majestades de Oriente.

Origen de la cabalgata de los Reyes Magos

Y en relación con las “Cabalgatas de los Reyes Magos” por el Mundo, es cierto que la tradición de las cabalgatas de “Reyes Magos”, tuvieron su origen en España. Sin embargo, desde entonces, y especialmente durante el siglo XX, ha sido una manifestación que se ha extendido a otros lugares del mundo. La programación cultural de cabalgatas de Reyes Magos es en muchos casos similar, pero en otros muy diferente. Son importante las que se realizan en México. En Europa la República Checa es uno de los países con mayor tradición de cabalgatas de Reyes Magos como la de (Slovacko y Haná). Después de esta información, pasamos a su origen español de la “Cabalgata de Reyes”: Finalizado este año 2.023, y a pocos días de que finalicen las “Navidades”, hay una fecha marcada en el calendario (sobre todo en el de los más pequeños), y es la tradicional “Cabalgata de Reyes” con la posterior llegada y reparto de regalos en cada uno de nuestros hogares. Si bien parece una historia milenaria, no hay demasiadas fuentes que ayuden a especificar el nacimiento de la celebración, de tal manera que el debate aún sigue vigente. Algunos consideran que el primer rastro documentado de los orígenes de la “Cabalgata” se remonta a 1.866. Según recoge el Diario de Alcoy (Alicante), tuvo lugar “El Panerot”, un acontecimiento organizado por “jóvenes inquietos, quienes buscaban conseguir comida para los niños pobres, obreros y trabajadores de la ciudad. Al mismo tiempo se establece la tradición de ofrecer regalos a los niños en día 6 de enero. No obstante, Granada y Barcelona también reclaman ser el origen de eta fiesta. En la ciudad andaluza, a finales del siglo XIX se celebraban representaciones teatrales sobre la llegada y adoración de los Reyes Magos, siendo a partir de 1.912 cuando un grupo de intelectuales organizó una cabalgata, con el objetivo de recaudar juguetes para los niños más desfavorecidos. Por su parte, Barcelona, según diversos estudios, ya celebraba en 1.855 un festejo parecido: el empresario barcelonés Miguel Escuder organizó una cabalgata benéfica con el fin de entregar aguinaldo propio a niños de la casa provincial de Caridad, de Misericordia y de Maternidad y Espósitos.

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