Organizaciones estructuradas, detrás del tráfico de tabaco

El contrabando de tabaco se ha convertido en un auténtico negocio, operativo con total impunidad en Ceuta, en el que se entremezcla un ramillete de fraudes que cada vez se hace más fuerte.

Al que se comete contra el propio negocio legal de la venta de tabaco se añade el que causa daños directos en las arcas de Fomento, ya que quienes viven del tráfico de este tipo de tabaco explotan la bonificación por residencia en el billete de barco hasta límites indecentes.
Una investigación llevada a cabo por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y a la que ha tenido acceso El Faro, desvela que hay familias que llegan a viajar hasta 200 veces de Ceuta a Algeciras en un solo mes única y exclusivamente para traficar con tabaco de contrabando, lo que reporta unas ganancias económicas de las que, incluso, se puede llegar a vivir.
La amenaza que hace un par de años hizo el Gobierno central sobre la posibilidad de no garantizar la bonificación por residencia en el transporte marítimo tenía que ver, y mucho, con comportamientos de este tipo: el uso abusivo y desmesurado del tráfico marítimo en condiciones que no se adecuan con lo normal. Y eso precisamente, lo que no es normal, es lo que se produce cuando hay personas, asiduas de la estación marítima, cuyo único menester diario es embarcar para dar salida a cartones de tabaco. Un trayecto que, en algunos casos, les sale gratis al obtener beneficios por su condición, por ejemplo, de familia numerosa.
“Existe una organización perfectamente estructurada que se dedica a esto. Personas que cruzan el control de Algeciras, dan el tabaco en el puerto y regresan. Hay casos en los que pasa la familia entera, realizan el viaje y ganan dinero y de familias numerosas que se han dado de alta en Ceuta para hacer este tipo de prácticas a coste cero”, avanza en su informe la Asociación.
La ecuación matemática siempre juega a favor de quienes se dedican a estas prácticas. “El tabaco puede costarle en Marruecos no más de 5 euros al comprarlo en más cantidad y lo venden en la península a 20 euros. Cuanto más cantidad pasen el negocio resulta más rentable”, señala AUGC. Se está ante un negocio en el que cobran los pasadores y también aquellos que se dedican a su venta en Algeciras.
La Asociación lleva años alertando ya no solo de una práctica ilegal sino de las consecuencias sanitarias que esto conlleva ya que se trata de una clase de tabaco que incumple los mínimos requisitos sanitarios. El fraude es redondo y las víctimas múltiples: el Estado, Tabacalera, los regentes de los estancos que se ven abocados incluso al cierre por competencia desleal... y en última instancia los residentes que sí que hacen un empleo de las bonificaciones ajustado a unos parámetros cuando menos entendibles. “Si multiplicamos el precio real del billete que paga el Estado por cada persona por el número de viajes que realiza, nos encontramos con una realidad económica digna de estudio”, alerta. Existen además personas que se prestan a estas prácticas y que no abonan billete por pertenecer a los gremios profesionales que ya están subvencionados de forma íntegra. “Ganan dinero por pasar solo un cartón, algo que, al mes, les supone un sobresueldo”, puntualiza.
“En esta organización existen otras personas que colaboran haciendo como que embarcan. Pasan el control de Policía y Guardia Civil, dan el tabaco a una persona antes de entrar en el barco y se quedan fuera ya que no tienen tarjeta de embarque. Son personas que solo se dedican a pasar el tabaco y en algunos casos, cada vez más, son menores que acompañan a otros adultos”, indica la Asociación.
AUGC sabe de lo que habla. Los guardias civiles que están de servicio en el control de embarque o en el escaner han emitido ya varias denuncias por incumplimiento de la Ley de Seguridad Ciudadana después de que estas personas haya entrado en la zona de influencia de Policía o Benemérita sin la tarjeta. Poco más se puede hacer, a pesar de que son colaboradores de todo un sistema montado y orquestado con fines ilegales.
“El tráfico ha llegado a unos niveles que existen familias que viven en Algeciras pero son residentes en Ceuta que se dedican a esta actividad. Se ha llegado incluso a denunciar a funcionarios que se dedicaban en el puerto de Algeciras a recoger estos cartones entregados por los pasadores para después venderlos”, añade en su informe.
Hay personas que arrastran varias denuncias a sus espaldas por estos hechos; denuncias en forma de sanciones económicas que no abonan al ser insolventes y carecer de ingresos. Se está ante la pescadilla que se muerde la cola: el sistema sanciona, esas sanciones no son abonadas y las prácticas ilícitas continúan engañando al propio sistema sancionador.

“El acoso al resto de viajeros es constante para que colaboren”

Uno de los apartados que AUGC incluye en su denuncia es el que dedica al acoso que los pasadores de tabaco ejercen sobre el resto de pasajeros para que les ayuden a pasar un cartón. Tanto la propia Guardia Civil como la Policía del Puerto están pendientes a estas prácticas contra las que el propio viajero no puede luchar. “Se da la circunstancia de pasadores de tabaco que cuando ya están en el interior del barco comienzan a molestar a otros pasajeros, generalmente jóvenes, para que les guarden un cartón y evitar así pasar por el segundo filtro de Algeciras”, denuncia. En la estación marítima también se repiten escenas de presión de manera constante.

‘Planeadoras’ de tabaco, en tierra

El contrabando de tabaco funciona de manera descarada en el puerto. Hasta los alrededores de la estación marítima llegan vehículos perfectamente preparados dedicados a la carga de tabaco para su posterior embarque y traslado a la península. Son como una especie de ‘planeadoras’ a tierra, que en vez de hachís ocultan cartones de cigarrillos procedentes de Marruecos e introducidos poco a poco en la ciudad. Incluso hay porteadores que se dedican a la introducción de cartones a su llegada a Ceuta.
Los coches se cargan directamente en el ferry o, simplemente, abastecen desde la estación a los pasadores que embarcarán a pie. Pasadores que, en algunos casos, son captados en la misma estación. AUGC reclama un mayor control que se consigue con más agentes. “Uno solo no puede hacer bien su trabajo para evitar este tipo de pases. Además del tabaco, tiene que vigilar a los culeros, a los que pretenden embarcar con ropas falsas e incluso a los que se ha detectado intentando embarcar con medicaciones para gimnasios adquiridas en Marruecos y sin etiquetar. Se negocia con todo y el mercadeo está a la orden del día”, señala AUGC.
Hasta la fecha la Guardia Civil se dedica únicamente al decomiso de tabaco como parte de servicios llevados a cabo de forma aislada, es decir, como parte de los controles. No ha habido, en cambio, ninguna operación orientada única y exclusivamente a golpear a un tipo de tráfico que se hace más fuerte en determinados horarios de embarque y que siempre es desarrollado por el mismo número de personas.