Todo empezó cuando vivía en un pueblo de Alicante. Allí mi familia estaba de tránsito ya que la idea de mis padres era de ir a su querida Ceuta. Todas las noches escuchaba a mi madre decir que este sitio no es para que vivan los niños. No hay nada para entretenerlos.
El campo es un sitio para que los chavales crezcan fuertes y sanos.
Para ir al colegio nos teníamos que levantar dos horas antes, teníamos que andar más de una hora a paso ligero. El dinero que ganaba mi padre era para dar de comer a los cuatro hermanos que éramos.
Una noche empecé a escuchar unas palabras reiterativa que decía: "Mira arriba".
Los primeros días me levanté un poco desconcertado. No sabía si podría ser un sueño o una obsesión producida por algo.
Por eso, viendo que seguía el sueño, le pregunté a un amigo lo que podría significar.
Y fue este quien me empujó para empezar una búsqueda primero en casa y luego en un lugar donde se guarda el ganado.
En este lugar buscamos por todos los rincones y no encontramos nada sospechoso.
Pero seguía el sueño pero esta vez, a parte de decirme "mira arriba", me dio una imagen donde se veía unas vigas y paja que salían de ellas.
Le informé de ello a mi sagaz amigo y él fue quien me dio la idea; iríamos al corral para inspeccionar la parte de arriba.
Y eso fue lo que hicimos.
Por la tarde reiniciamos la búsqueda en la parte de arriba. Sólo veíamos paja. De repente debajo de la paja encontró mi amigo unas bisagras. Intuyó que debía de haber como un cajón.
Y así fue, con ayuda de un destornillador levantó la puerta y debajo vio una caja de lata. La cogió con mucho cuidado. Me la enseñó y con mucha delicadeza levantó la tapa. Había un trapo.
Al tocarlo palpo algo duro. Con sumo cuidado quitó, desenvolvió y encontró como un Buda de oro.
Pesaba bastante, así que nos pusimos muy contentos los dos.
Ideamos un pacto para que cada uno se llevará una parte de lo que habíamos encontrado. Fuimos a la joyería del pueblo y nos dio una agradable noticia.
Efectivamente era oro y valía muchísimo dinero.
Como estaba donde vivía mi padre decidimos dárselo a él. Y gracias a este regalo venido de mi sueño pudimos venir a Ceuta y montar un negocio. Que dura hasta ahora mismo.
No digas quien soy para evitar muchas cosas. Ya me comprendes.
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