Durante los tres últimos años se están produciendo importantes novedades en las fronteras terrestres y marítimas de Marruecos con España. Primero fue Melilla, después Ceuta, más tarde Canarias y todo ello ha generado multitud de opiniones en España y en el mismo Marruecos, sobre lo que realmente sucede. En realidad, la cancelación del tráfico fronterizo convino bien a las dos partes, ya que la pandemia aportó una justificación mutua, ya que el riesgo de posibles contagios masivos le vino bien incluso a España.
La explicación oficial fue que nuestro vecino del sur había decidido suprimir el comercio transfronterizo, es decir el contrabando que llevaban a cabo ciudadanos marroquíes y que era históricamente tolerado por sus autoridades, ya que de ello vivían miles de familias del norte. En realidad, en esa zona las posibilidades de conseguir un empleo estable, eran escasas y el porteo significaba una solución rentable. Respecto a esto y el cierre de la Aduana de Melilla con Marruecos, la prensa de este país y los corresponsales españoles divulgaron que Rabat imponía cinco condiciones a España para normalizar las relaciones fronterizas.
Estas se referían a habilitar un solo paso en las fronteras de Ceuta y Melilla; mantener la supresión de la Aduana de Melilla, tema no contestado inexplicablemente por las autoridades españolas; terminar con el llamado comercio atípico o porteo, a lo cual tiene derecho Marruecos después de tantos años de tolerancia; establecer unas condiciones para los trabajadores marroquíes transfronterizos, en cuyos derechos no puede preverse que su propio país cierre la frontera, impidiendo el paso para ocupar sus puestos de trabajo; e, igualmente, que se impongan aclaraciones sobre el flujo migratorio para separar los peñones o las llegadas de personas por vía marítima. En otras informaciones de la prensa marroquí se afirmaba que Ceuta y Melilla debían convertirse en ciudades turísticas, sobre todo para reforzar el atractivo de la llamada Tamuda Bay entre Fnideq y Tetuán o la magnífica costa de Alhucemas y el resto del Rif.
Sin embargo, algunos en la prensa española opinan que la realidad es que existe una estrategia marroquí para poner sobre la mesa el contencioso de Ceuta y Melilla, ahogando dicen unos y estrangulando dicen otros, a las dos ciudades españolas. No cabe duda que la supresión del comercio transfronterizo causó graves daños económicos que aún no se han superado, pero si al menos Ceuta utilizara de una vez todas sus posibilidades y el Gobierno central colaborara, la ciudad podría salir adelante.
Sin embargo se añade que, de existir esa estrategia de parte marroquí, vendrán otras iniciativas a continuación y será necesario que España esté preparada para ello, porque el aprovechamiento de la coyuntura es una de las armas más utilizadas por la diplomacia de Rabat y en nuestro país con la división política, la influencia republicano-separatista, la pandemia y otros condicionantes, no parece que estemos en el mejor momento para hacer valer nuestros derechos. Aparte de que, como afirma en otro contexto Ángel Ballesteros, en España con referencia a Marruecos, prima la falta de realismo como constante.
Y existe diversidad de opiniones en la prensa española, sobre si la imparable escalada en la emigración hacia Canarias, forma parte de esa estrategia global marroquí o se trata de una respuesta al apoyo individual de un miembro destacado del Gobierno de España a la exigencia de un referendum en el Sahara, sin coordinarse con el Ministerio de Asuntos Exteriores nacional. Pero de lo que no cabe duda es que Marruecos responde con sus discutibles iniciativas a cualquier decisión o actitud contraria, mientras que, de parte española, priva la inactividad más evidente.
Por toda esta mezcla de opiniones y de hechos, la Fundación Interservicios Ceuta, dentro de las Iniciativas para asegurar el futuro de Ceuta como parte de España, relanzando su vida económica y social y actualizando el Estatuto de Autonomía que constan en la web www.fundacioniceuta.org y que fueron presentadas a la Ciudad Autónoma de Ceuta en mayo de 2020, figura la número 2.3 que aconseja la realización de un Estudio diplomático por expertos sobre las posibles intenciones de Marruecos respecto a Ceuta, a fin de facilitarlo al Gobierno de la Nación, informándole en todo momento sobre las medidas que deben adoptarse en defensa de la españolidad de Ceuta. Igualmente este Estudio contemplaría el caso de Gibraltar para poner de manifiesto en las negociaciones sobre el Brexit la posición de Ceuta que podría salir perjudicada o bien para aprovechar las ventajas de la Roca para implementarlas en la Ciudad Autónoma, tema propuesto hace años.
Lo que no es aconsejable es que Ceuta siga de testigo mudo y sin participación alguna en un problema que le afecta directamente, sin que exista de parte española una línea de actuación clara y, en muchas ocasiones, desconociendo las directrices tradicionales de la diplomacia marroquí que se puso de manifiesto con anterioridad en casos y sucesos recientes.
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