El 13 de mayo de 1919, una columna indígena del Grupo Regulares de Ceuta nº3, al mando del comandante Santiago González-Tablas, se dirige a la loma de Zina-Sur, en la región de Yebala (Marruecos). Una vez ocupada con facilidad, el enemigo, conocedor del terreno y escondido en lugares estratégicos, abre fuego contra las tropas españolas. El combate inesperado causa el repliegue de la columna de Regulares. En un principio de forma desordenada hasta que el comandante González-Tablas, consciente de la gravedad de la situación, controla a sus subordinados, demostrando sus dotes de mando y autoridad, recuperando el orden de la formación y consiguiendo que el combate finalizara con la victoria española. Por esta actuación valerosa se le distinguió con la Cruz Laureada de San Fernando.
100 años después, y como cada 13 de mayo, los Regulares, el Ejército español y Ceuta rinden homenaje a un militar que sacrificó su vida por su país. Un militar marcado por la suerte desigual de una fecha. Y es que justo tres años después de conseguir tan prestigiosa medalla, moriría en el Zoco el Jemis de Beni Arós, siendo teniente coronel y Jefe de los Regulares de Ceuta. Un día antes, el 12 de mayo de 1922, sus tropas habían ocupado el palacio del Raisuni en Tazarut. Pero en una ofensiva enemiga, González-Tablas resulta herido. Trasladado al campamento español, Gómez Ulla no puede hacer nada por salvar su vida. La despedida fue triste y emocionante: palabras de elogio del coronel Gómez-Jordana y del general Berenguer, semblantes abatidos de sus compañeros y subordinados y una ceremonia que jamás olvidaremos, ya que una fotografía de Rubio y una pintura de Bertuchi plasmaron su esencia.
13 de mayo de 2019: sirva de recuerdo a un militar que, además, luchó en Cuba, y que en 1921, tras el desastre de Annual, y cuando Melilla se encontraba sitiada, caminó junto a dos tabores de Regulares más de 100 kilómetros en una sola marcha, embarcando en Ceuta, y llegando a Melilla el 24 de julio, desfilando nada más pisar tierra y entrando en combate para salvar a la ciudad del asedio. Unos enfrentamientos que se extendieron varios meses, y en concreto en el combate de Casabona, el 8 de septiembre, González-Tablas resultó herido de gravedad. Tras recuperarse en noviembre, tomó de nuevo el mando del Grupo de Fuerzas Regulares de Ceuta nº3.
La suma de todas estas acciones heroicas logró que hasta el Rey Alfonso XIII felicitara a los Regulares de Ceuta y que se le concediera la bandera nacional con la corbata de la Medalla Militar. Un hecho que la prensa contó así: “Los Regulares de Ceuta han venido a Madrid a recoger una bandera. Para merecerla les basta presentar su saldo de bajas: 1.769 de tropa cayeron en campos de África por esta bandera que presentían. No cabe regateo; se llevan lo que ganaron, lo que es suyo” (ABC, 26 de mayo de 1923). Y en esa escalofriante cifra estaba incluida la de su Jefe, la de González-Tablas… y otra vez mayo: un mes de medalla, muerte y bandera para un Fiel Regular.
*Antonio David Palma Crespo, es Doctor en Patrimonio por la Universidad de Córdoba
Precioso recuerdo para un gran hombre en toda la amplitud de la palabra.¡ Fiel Regular!