Dice Vivas que no piensa pactar con quien ponga en riesgo la convivencia de la ciudad. Lo dijo ayer en un discurso oficial como presidente de Ceuta en el que le faltó una mayor concreción y contundencia en un mensaje en el que no caben medias tintas. Nos hemos pegado años hablando de la convivencia, ideando hasta una Fundación con Premio incluido con el único objetivo de darnos a conocer como ‘pueblo ejemplar’, para que ahora las autoridades se duerman en las dobleces del lenguaje con tal de no llamar a las cosas por su nombre y replicar con la contundencia debida, al menos si se trata de hacerlo desde las propias instituciones.
Dice Vivas que no pactará con quien ponga en riesgo la convivencia de la ciudad, pero es incapaz de sostener un mensaje claro en unos tiempos en los que no se puede permitir que vengan a decirnos que la españolidad camina por barrios y a tildar de ‘antiespañoles’ a todos aquellos que han decidido votar a una fuerza política en concreto, en este caso el PSOE. Que Vox quiere explotar un discurso del miedo es su problema y su estrategia. Pero que quiera cuestionar la españolidad de parte de la sociedad y erradicar a quienes no piensan como ellos tiene una definición clara en ese mundo de sectarismos. Si la institución que nos representa a todos los ceutíes, hayamos o no votado a quienes la gobiernan, maneja un discurso a medio gas, dejando a la adivinanza de los medios de comunicación unas referencias que son obligadas, solo significa que no está a la altura de lo que ponemos en quiebra.
Hay quienes, como niños chicos, gustan de moverse siempre en el fango de los mensajes incendiarios. Miran con rencor a los otros, sesgan y además se apropian de los símbolos y de la patria erigiéndose en los puros y desprenciando al resto. Son épocas cíclicas de la historia, las hemos vivido y se repiten en el tiempo aprovechando determinados momentos en los que parece que debe prevalecer la supremacía solo de unos y el odio y menosprecio a los demás.
No. Un presidente de la Ciudad no puede jugar a las adivinanzas, ni a las suposiciones. A mí realmente como ciudadana los pactos que quiera realizar o no el PP no me preocupan en unos momentos en el que hablar de elecciones y resultados es precipitado. Lo que sí me preocupa es que no haya, a estas alturas, un mensaje claro en torno a lo que está permitido y lo que no. Y desde luego por lo que nunca nadie debe pasar es por abrir diferencias y grietas sociales en base a antojos e intereses. Ser apático con esto es morir y desgraciadamente esto es lo que está pasando.