La ‘Operación Kibera’, con la que la Policía Nacional consiguió desarticular una organización dedicada al traslado de mujeres a Siria y que se materializó en un arresto en Ceuta y varios en Melilla, ha tenido una mayor repercusión. Y es que varias de las informaciones obtenidas en este golpe contra el radicalismo por la Comisaría General de Información, han valido para perpetrar otro operativo en Francia, que se ha saldado con varios arrestos.
La relevancia de la ‘Kibera’ llegó por ser la operación con la que la Policía consiguió abortar la salida de mujeres que eran enviadas para que se casaran con miembros del Daesh. Con el golpe asestado se cortó de raíz un fenómeno preocupante que terminó con la marcha de chicas desde Ceuta y con la posterior condena de todos los detenidos. La vecina de Ceuta llamada Chimaa fue condenada por la Audiencia Nacional a 4 años de prisión.
La Policía francesa intercambió datos con la española abriéndose un canal de información determinante para que se haya procedido a la detención de cinco presuntos radicales en París y Toulouse, además de la práctica de registros domiciliarios de los que se han obtenido datos para seguir con el operativo.
La red se encontraba establecida en el país galo y era responsable del envío de numerosas remesas de dinero a Siria, destinado a dar soporte económico a los miembros de la organización terrorista. En varias ocasiones, esos fondos fueron empleados también por el grupo para el envío de yihadistas al objeto de integrarse en las filas del Daesh.
Tres de los detenidos expresaron su deseo de marchar al supuesto califato instaurado por Daesh. Incluso dos de ellos iniciaron el pasado mes de enero el desplazamiento intentando entrar por Jordania, donde fueron rechazados en frontera y devueltos a Francia. Las investigaciones de la Policía Nacional afianzaron las acusaciones de las autoridades francesas contra los ahora detenidos, presuntamente implicados en un delito de financiación del terrorismo e integración en organización terrorista. Los agentes españoles contribuyeron con sus informaciones a evidenciar cómo las transferencias de dinero que enviaba esta célula a Turquía estaban vinculadas directamente con la financiación de las actividades de los foreign terrorist fighters en Siria. Uno de los detenidos trabajaba en una compañía de envío de dinero que le facilitaba su labor de remesador de Daesh.
Entre los años 2014 y 2015, España y Marruecos colaboraron en una operación conjunta (Kibera) en la que en diciembre de 2014, se detuvo a siete personas que se dedicaban a reclutar mujeres para enviarlas a Siria e Irak como esclavas sexuales del Estado Islámico. En España, cuatro mujeres, entre ellas una menor de edad, y un hombre fueron arrestados. Los captadores de mujeres actuaban poniéndose en contacto con las chicas a través de Whatsapp y otras redes sociales. Cuando fueron detenidos, se encontraron en sus casas material de adoctrinamiento.
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