La tradicional Operación Feriante se ha puesto en marcha desde primera hora de la madrugada de este martes en Ceuta. En el recinto ferial los empresarios han comenzado el desmontaje de las atracciones. Así, en cuestión de horas esos cacharritos que atraían a grandes y pequeños se transformaban en un amasijo de hierros.
Con la finalización de las fiestas patronales, la Policía y Guardia Civil se reparten funciones para evitar la entrada de inmigrantes en las atracciones de los feriantes, centrando todos sus efectivos en el puerto.
En el recinto ferial los empresarios echaban de menos el filtro policial que lleva sin hacerse desde hace años y que les obliga a ellos a tener que controlar sus propias atracciones. Esa ausencia les transforma en una especie de guardianes.
Desde primera hora grupos reducidos de menores y algún adulto merodeaban por el recinto ferial con la intención de colarse en los aparatos. Es una constante, los propios feriantes denuncian los destrozos que les causan y a su vez lamentan el riesgo que estas personas corren al quedarse atrapados, en muchas ocasiones, en su interior.
"Un año tuvimos que pagar 3.000 euros porque destrozaron todas las luces", explica una empresaria. "No saben el peligro que corren, porque ellos no salen de ahí hasta que ven que llegan a la Península... y con el calor que hace...", añade otro.
Desde primera hora, FaroTV ha podido constatar ese ir y venir repetido de grupos buscando entrar. Algunos, incluso, lo han conseguido. Los propios feriantes, que ahora emprenden rumbo a otras fiestas, son los que avisan a las fuerzas de seguridad para que registren al detalle sus camiones. Lo hacen, incluso, por su propia seguridad.
Colaboran abriendo sus vehículos para el registro, empleándose, ya en la zona de embarque, los detectores de latidos.
Los niños que buscan cruzar a la península en una de las atracciones se comunican entre ellos por teléfono, también es una manera de garantizar su propia integridad.
Las cifras de interceptaciones han ido disminuyendo año tras año, alejándose de las estadísticas de aquellos primeros en los que, sin medios y con una frontera abierta, la Operación Feriante se convertía en un auténtico coladero.
En 2022, la operación se saldó con 47 inmigrantes interceptados, de los cuales 44 eran menores de edad, todos ellos marroquíes, tras la inspección de 66 vehículos, 109 camiones y 157 remolques.
En 2018 fueron localizados 82 inmigrantes, entre ellos 26 menores, tras inspeccionar 337 vehículos mientras que en 2019 la cifra alcanzó los 85 inmigrantes, la totalidad marroquíes y argelinos, de los que 19 eran menores de edad.
Atrás quedaron otros ejercicios donde este operativo se saldó con 383 interceptados en el año 2006, 239 en 2007 o los 205 que fueron descubiertos en 2005.
¿Y qué sucedió el año pasado? El pasado 2023 fueron interceptadas 24 personas, siendo de hecho uno de los balances más bajos registrados debido, sobre todo, a las nuevas circunstancias fronterizas.
Si antaño, la ocultación en las atracciones de los feriantes era un éxito seguro, hoy no es ni por asomo la manera más fácil de cruzar al otro lado.
No obstante, las fuerzas de seguridad tienen en cuenta las entradas que se han ido sucediendo en estas noches de niebla, a sabiendas de que constituyen un factor importante en cuanto a la presión que puede producirse.
En el embarque se emplea un sensor que detecta los latidos del corazón, así como un dron, además de perros especializados en la detección de personas.
Los vehículos son trasladados hasta el puerto, donde son acompañados por patrullas de la Policía Local, y una vez en la estación marítima pasan el filtro de la Guardia Civil.
Luego quedará el control que se ejerce en el puerto de Algeciras.
Mientras los feriantes recogían todo, en una increíble operación perfecta en la que se coordinan en sus funciones para emprender ruta hacia otra feria, los servicios de limpieza empezaban con funciones extraordinarias.
Porque si los profesionales de las atracciones tienen que volver a empezar en otro punto, aquí en Ceuta también se tiene que recuperar la normalidad en la explanada, y eso pasa primero por hacer una operación completa de limpieza.
Distintos operarios trabajaban desde primera hora en ir recuperando la salubridad en los distintos puntos antes convertidos en calles de atracciones y casetas.
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