La frontera del Tarajal no volverá a ser nunca como se conoció, es decir, sometida a avalanchas continuadas y a la presión ejercida por el porteo que alimentaba tráficos de mercancías entre Ceuta y Marruecos. Ya se han producido las primeras actuaciones sobre funcionarios de aduanas presuntamente relacionados con el paso de mercancía burlando los controles, violando las normas y criterios acordados entre España y
Marruecos para que no se torciera la rutina establecida.
Al menos ha sido apartado de su puesto un funcionario por orden del director regional de Aduanas, aunque la cifra podría elevarse a cuatro si continúan las investigaciones.
El funcionario de Aduanas estaba operativo en el paso de Bab Ceuta -el lado marroquí de la frontera-, cuando se registró el paso de un vehículo con matrícula extranjera que portaba gran cantidad de mercancías de las consideradas de contrabando.
El conductor de ese
vehículo admitió que el funcionario de Aduanas le facilitaba el paso con mercancía, enviándose mensajes de whatsapp para conocer el momento que estaba de servicio pudiendo así sacar la mercancía que consideraba, y cuya cantidad y tipo incumplía las normas acordadas entre ambos países. Tras una investigación ha sido sometido a un expediente disciplinario, siendo retirado inmediatamente del puesto de control. El vehículo que portaba diversa mercancía cruzaba asiduamente el paso fronterizo.
Confirmado está el cese de uno de los aduaneros aunque se sospecha que la cifra podría extenderse a, al menos, tres más, uno de ellos con rango.
Desde que se reabrió el paso fronterizo se fue muy escrupuloso con el traslado de mercancía tanto en cantidad como en su tipo, publicitándose qué se podía y qué no trasladar. No se quiere volver al periodo del porteo masivo que empleaba los llamados coches patera para sacar grandes cantidades, buscando huecos incluso entre las ruedas.