Han sido muchos años de OPE y también de incertidumbre, de pruebas y cambios, de intentos de acertar para que en otros años no se caigan en los mismos errores. La Operación Paso del Estrecho es sin duda una de las actuaciones más ambiciosas puesta en marcha por cuanto significa de traslado de miles y miles de personas que atraviesan todo el país y que, en buena parte, se dirigen hacia Ceuta. La visita de la máxima responsable de Protección Civil, Virginia Barcones, sirvió para reafirmar sobre el terreno lo que se espera de este operativo, conocer cómo se está trabajando en la ciudad y reafirmar el respaldo que el Gobierno de la Nación da a Ceuta para que todo transcurra como debe, sin imprevistos, sin malas imágenes de la frontera y, sobre todo, sin que afecte al día a día de los ceutíes que no tienen por qué ver su vida entorpecida por el elevado movimiento de vehículos. Y entre todos ellos, en concreto los vecinos de las barriadas del Príncipe y Loma Colmenar, que años atrás ni siquiera podían acceder a sus casas, o los residentes del hospital que no podían descansar debido a las algaradas y protestas organizadas en el embolsamiento por la acumulación y bloqueo de los vehículos. Es evidente que el funcionamiento acertado depende de dos países, que si uno no funciona esto salpica al que hace sus deberes. Sobre el terreno se ha dejado claro que intención, inversiones y ganas las hay para que la OPE transcurra de la forma más transparente posible, sin incidencias, sin efectos negativos y permitiendo que quienes van a Marruecos lleguen de la mejor manera mientras que los residentes en Ceuta no vean entorpecido su día a día. Se escribe fácil pero sobre la mesa requiere de grandiosos esfuerzos.