El asunto de lo que llega a hacer un imbécil por Internet para llamar la atención se nos escapa de las manos y podría instarnos a definir lingüísticamente a la raza humana como “género tonto, número plural”, con lo injusto que conlleva siempre generalizar, claro está, salga de ese saco quien se sienta ofendido, nada más lejos de las intenciones de un servidor…
El caso es que el fenómeno que ha desatado en todo el mundo el interés (publicidad gratuita, música para los oídos de los productores) por esta película postapocalíptica de terror psicológico es la premisa de que los protagonistas corren un grave peligro mortal si ven a las criaturas que han copado la tierra para hacernos pupa de la gorda. La solución pasa inexorablemente por intentar esquivar el peligro con los ojos cerrados/vendados/tapados, lección primera del ABC del cine de este género: asustarte con lo que no puedes catalogar.
Se ve que el hecho de hacer tu vida con los ojos cerrados sin la formación que tiene un invidente le ha generado interés a algún youtuber descerebrado y lo ha ido convirtiendo en tendencia hasta el punto de que se ha viralizado la susodicha práctica con dantescos tortazos contra todo tipo de superficies que supuestamente dan risa y penilla por igual. Así andamos de inteligencia colectiva… El caso es que acabas cayendo en lo de ver la película, que no en lo otro, producto de consumo doméstico cortesía de Netflix, y descubre uno una propuesta interesante y resultona que te mantiene intrigado y expectante por igual hasta el final, que flojea un poquito sin llegar a niveles de decepción.
La obra la firma la prestigiosa Susanne Bier, directora danesa que se dio a conocer internacionalmente con películas realizadas bajo los parámetros “larsvontrierscos” del movimiento artístico Dogma 95 (luego se le pasó la tontería). Sandra Bullock es la solvente intérprete principal (las tablas son las tablas, con la de malos papeles que ha hecho en su vida, parece mentira que la madurez profesional le siente tan bien) de una historia opresiva, con saltos temporales que hacen que no siempre estén los personajes con los ojos cerrados, lo cual se torna en un verdadero alivio, y que paradójicamente para el espectador resulta muy visual. El hecho de que a los protagonistas se les prive de uno de los sentidos hace que resulte todo más interesante de observar.
El reparto cuenta también con las apariciones ilustres de John Malkovich o Parminder Nagra entre otros, y es que Netflix llegó para quedarse y siendo cierto que basa su poderío en las series, la apuesta por el cine también es firme y decidida.
El veredicto final del experimento fílmico, que es lo que nos interesa, del que salió la conclusión de que hay mucho tonto de capirote que no tiene nada que hacer es que se deja ver con agrado la propuesta, más convencional de lo que aparenta y menos sustancial, pero ideal para una tarde de frío en casita…
DIRECCIÓN: Susanne Bier.
DURACIÓN: 124 minutos.
GÉNERO: Fantástico. Thriller. Terror. Drama.
PAÍS: USA
INTÉRPRETES: Sandra Bullock, Trevante Rhodes, John Malkovich, Sarah Paulson, Jacki Weaver, Danielle Macdonald, Julian Edwards, Vivien Lyra Blair, Rosa Salazar, BD Wong, Tom Hollander, Machine Gun Kelly, David Dastmalchian, LilRel Howery.
FOTOGRAFÍA: Salvatore Totino.
GUION: Eric Heisserer (basado en la novela de Josh Malerman).
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