Ocurrencias ambientales sin gracia ni fortuna

Quizá no hemos encontrado el punto humorístico para comunicar mejor y más irónicamente nuestras denuncias al resto de la población de Ceuta, seguro que no tenemos la suficiente agudeza intelectual que tenían aquellos grandes humoristas que escribían en el desaparecido semanario la Codorniz pero no se nos negará al menos que a base de seriedad y coherencia en gran parte de nuestras actuaciones públicas nos hemos ganado el derecho a opinar por muy antipáticos que podamos caer en el círculo del poder político ceutí.

Algunas mentalidades que caen en ciertos delirios de difícil clasificación han llegado a pensar que somos enemigos acérrimos del partido que gobierna el ayuntamiento de Ceuta, pero no es así y los consejeros y viceconsejeros del mencionado partido con los que nos hemos reunido conocen bien nuestra capacidad para acordar y trabajar en común en los asuntos de interés público.
Desde nuestro punto de vista solo hay dos opciones, criticar para procurar avances o dimitir de estas opciones tan legítimas como ingratas y no buscarse problemas con el poder establecido. Nuestra opción es bien conocida y por ello y gracias a cierta libertad de prensa que nos continua asistiendo y a la férrea voluntad de periodistas serios e íntegros seguimos criticando todo aquello que nos parece notablemente mejorable. A pesar del tiempo transcurrido y las batallas planteadas los gobiernos municipales del señor Vivas no dejan de sorprendernos y descolocarnos. Nos parece que estamos envueltos en cuentos hilarantes del estilo de Nikolai Gógol y sus “Almas muertas” o que nos  hemos colado dentro de las historias cortas de Jonathan Swift en las que se hacen a veces proposiciones imposibles como respuesta a comportamientos humanos inconcebibles. Evitando ser tan dramáticos, a veces lo somos con las cuestiones ambientales que nos importan tanto, podríamos citar al siempre ingenioso y caustico Dickens y sus relatos sobre el Club Pickwick y los desencuentros humorísticos entre los habitantes de la ciudad y del medio rural inglés. En el fondo, mucha de nuestra actuación crítica trata de desencuentros o mejor dicho de no encuentros ya que ahora no existe ningún tipo de diálogo con los poderes políticos y sobre todo con el área de medioambiente. El poder municipal ha ido claramente a peor y a pesar de que hemos perdido la esperanza en cuanto a la capacidad de evolución mental de los gobiernos municipales y a esperar un giro decidido y contundente a favor del medioambiente y la conservación de especies, hábitats y del territorio en general, al menos antes había diálogo y se nos escuchaba en determinados asuntos, se nos reconocía como una parte significativa de la sociedad civil que tenía algo que decir en determinadas cuestiones relacionadas con la sostenibilidad. Este poder con el paso de las legislaturas se ha vuelto más decadente, despótico y menos dialogante creando una especie de fuerza centrífuga permanente que aleja a todo el que intenta acercarse con el afán de colaborar, consensuar, intercambiar opiniones y aportar algo en beneficio de todos; todo lo que signifique participación ciudadana díscola y respondona no la quieren ni oír ni ver. En vez de acogernos como una parte más que ayuda al avance y progreso colectivos merced a nuestros conocimientos y crítica vigilante se nos ignora y ningunea constantemente perdiendo parte del potencial que podría mejorar, atemperar, equilibrar y moderar una parte importante de la gestión municipal en materia de medioambiente y sostenibilidad. Por mucho que nos empeñemos en seguir a los maestros de la literatura irónica e inteligente no atisbamos a vislumbrar lo gracioso o humorístico en el anuncio del actual consejero de medioambiente con respecto a los vertidos de arena. Desde luego, sería también como estar dentro de la novela cervantina dónde el desnortado hidalgo lo confunde todo y de la misma manera en algunos momentos logra despistar a todo el mundo de tal manera que sus inventos llegan a parecer realidades fehacientes de obligado cumplimiento.
Bien mirado las nuevas ocurrencias se parecen más a las situaciones grotescas de las novelas de Eduardo Mendoza que llevadas a la realidad se convierten en feas peripecias sin gracia ninguna. Después de todo lo que ha llovido no puedo dejar de preguntarme como todavía este bendito partido popular tiene la mala suerte de nombrar estos consejeros de medioambiente que lo confunden todo y no tienen claridad de ideas en una cuestión tan importante como necesaria para nuestro progreso moral y nuestra salud física y mental. El medio litoral y marino es un gran reservorio de felicidad y bienestar colectivo que se simplifica como si solo existiera durante la temporada de playa; es patético ver como se ignoran tantas cuestiones de calado y como una y otra vez se vuelven a cometer los mismos errores de concepto. La soberbia y la vanidad inundan el panorama político local y hemos regresado al pasado por la nula capacidad de diálogo con la sociedad civil crítica que estos gobiernos exhiben. El diálogo era algo bueno y edificante en los primeros momentos del fenómeno Vivas pero se ha ido diluyendo en el populismo que aunque no quieran reconocer han estado practicando a lo largo de toda esta ya extensísima trayectoria de gobiernos municipales. Es bastante evidente que el ala más dura y menos democrática del partido en el poder municipal está marcando el estilo de gobernanza y continúan pensando que están legitimados no solo para formar gobiernos municipales sino también para ignorarnos a todos los que tenemos una actitud crítica. Son unas prácticas de gobierno deleznables que lastran las relaciones sociales y promueven la desafección y el desencanto hacia los partidos políticos. La nueva ocurrencia de verter arena en la cala del Desnarigado es un planteamiento dañino para el litoral protegido que causará impactos negativos innecesarios de turbidez y abrasión en especies y hábitats sensibles, además de un dispendio pues la “regeneración” con arena o cualquier otro sedimento fino como se anunció desde los medios de comunicación se lo llevará el mar y repartirá por la zona colmatando hábitats y matando diversidad biológica. Si tienen la idea pactada entre sus círculos de poder la llevarán a cabo y seguro que habrán cerrado un acuerdo político con la delegación del gobierno en funciones pero seguirá siendo una ocurrencia absurda tirar el dinero de todos intentando convertir una cala rocosa plena de vida marina en no se sabe bien qué artefacto electoralista. Por su puesto, siempre tendrán las cuartadas de los informes técnicos pero ya veremos si se llega al caso lo que opina el fiscal sobre el desaguisado y los que participen en él ignorando los impactos a especies y hábitats protegidos. Una zona de baño se puede mejorar para uso y disfrute de los bañistas veraniegos y en esto no hay nada contraproducente desde el punto de vista ambiental. Estamos dispuestos a colaborar si se nos solicita opinión para exponer nuestras ideas al respecto. Hacer esto en beneficio de los bañistas no significa que sea también legítimo introducir un gran nivel de estrés en uno de nuestros parajes marinos más prístinos del LIC del Monte Hacho.
Llama la atención la pasividad política de la señora Bel que consensuó con nosotros y muchas otras asociaciones los principios generales de la Agenda 21 local de Ceuta; que fue de su interés en entender el litoral como algo más que el sol y la playa?, dónde quedó su afán por aprovechar el espacio litoral para todos pero conservando su identidad y valores propios?. De igual manera, cuesta encajar el silencio de la oposición política que parece que tampoco a llegado a captar nada o muy poco de nuestros mensajes ambientales a lo largo de todos estos años. Falta mucho criterio e integridad para construir entre todos la política ambiental que Ceuta merece y mucho esfuerzo crítico para trascender de una vez por todas a la simplificada y distorsionada visión de las realidades ambientales a las que nos tiene acostumbrados el presidente Vivas.