El Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta ha dejado visto para sentencia un juicio en el que 4 ceutíes son acusados de un delito de contrabando, después de que fueran detenidos por la Guardia Civil a bordo de una narcolancha. Los llamados M.Y., M.R., C.E y M.R.M. (que se encuentra en rebeldía y no se ha presentado al juicio oral) figuran en esta causa. El Ministerio Fiscal, tras escuchar las distintas versiones de los acusados y los agentes de la Guardia Civil, ha seguido con su escrito inicial en el que le solicita la pena de 4 años de prisión para cada uno. Las Defensas, por su parte, pidieron la libre absolución de sus representados al no contar, a su juicio, con hechos que acrediten que estaban realizando algo delictivo. Aún así señalaron que si son condenados, la pena debería ser de 12 meses de prisión.
Los hechos a los que se ha hecho referencia en este juicio ocurrieron en julio de 2019. Concretamente el día 28, sobre las 06:30 horas, los 4 acusados con pleno conocimiento de lo que hacían y de la embarcación que se trataba –tipo narcolancha y por tanto prohibida-, hicieron caso omiso de las indicaciones del helicóptero de la Guardia Civil y se dieron la fuga siendo interceptados en la playa del Desnarigado. En este juicio han aparecido 3 de los 4 acusados, uno de ellos está en la prisión de Mendizabal. Sus declaraciones han sido, en todo momento, contradictorias ante las preguntas de la Fiscalía.
El primero en testificar fue el acusado M.Y., conducido desde la prisión, y explicó que a él lo llamaron para arreglar una semirrígida. A sabiendas de que no es una embarcación legal, lo recogieron en el Puerto Deportivo en un bote y fue conducido hasta alta mar, por la zona de la Bahía Sur, donde se encontraba la narcolancha. Ahí se bajó y vio a los otros 3 acusados dentro de la embarcación. Afirma que una vez que lo arregló, pidió que le devolvieran a tierra y fue conducido hasta la playa del Desnarigado, donde el helicóptero de la Guardia Civil les dio alcance y emprendieron la huida. El acusado indicó que empezó a huir por miedo y porque sabía que estaba arreglando una embarcación que no está permitida. Insistió, una y otra vez, que esa fue su acción y que no conocía de nada a los otros 3 acusados.
El segundo de los acusados M.R. declaró con muchas contradicciones. Por una parte, empezó a explicar que fue recogido en la parte del cementerio de Santa Catalina y que simplemente acudió por “dar una vuelta”. Ante la insistencia de la Fiscalía, volvió atrás e indicó que estaba pescando con otro amigo (el cual no recordaba su nombre), y que aparecieron tanto el acusado que se encuentra en rebeldía como C.E. y le incitaron a subirse a la lancha para dar una vuelta. Él aseguró que no sabía que esa embarcación era ilegal y que huyó de los agentes porque el piloto de la narcolancha les pidió que corrieran antes de que lo denunciara.
El último acusado, C.E., no aseguró cuándo fue recogido el segundo acusado o si ya se encontraba en la narcolancha cuando fue interceptado. Afirmó que se encontraba en Marbella, en compañía de un amigo pescando en un bote, y un hombre les sugirió que le llevaran comida a la persona que conducía la semirrígida. Él aceptó porque sabía que no podía acercarse a costa y una vez llegó a alta mar, “me explicó que se le había parado el motor y que si lo acompañaba a Ceuta, a la altura del Faro, para que un mecánico se lo arreglara. Accedí porque yo no conocía nada de Ceuta”. No supo contestar a las preguntas de la Fiscalía de por qué se montó en una embarcación con gente desconocida.
Los últimos en testificar fueron los agentes de la Guardia Civil que hicieron declaraciones muy similares. Explicaron que se percataron a través del radar de la presencia de una narcolancha en alta mar que se encontraba parada. Una vez el helicóptero se acercó, emprendieron la huida hasta la playa del Desnarigado donde fueron perseguidos en todo momento, y en donde patrullas a pie ya rodearon toda la carretera del Hacho. Una vez tomaron tierra, empezaron a correr detrás de ellos, ya que se escondieron en una zona de difícil acceso hasta que pudieron detenerlos.
El perito de la Guardia Civil que analizó la embarcación aseguró que contaba con una eslora de 12 metros (no está permitido más de 8) y contaba con 3 motores, que podrían alcanzar una potencia de más de 1.000 caballos. Asimismo otro de los agentes aseguró que dentro de la narcolancha se contaba con varios aparatos para poder comunicarse con personas que se encontraban en tierra o también en el mar.
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