El cierre de la frontera del Tarajal tras el estallido de la pandemia del coronavirus y la práctica desaparición de la presión migratoria de origen subsahariano sobre la ciudad autónoma ha permitido rebajar la ocupación del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de El Jaral a unos niveles desconocidos desde que existen registros oficiales, que empiezan en 2005.
Según las fuentes consultadas por este periódico actualmente en las instalaciones solo permanecen unos 150 foráneos acogidos, todos de origen magrebí (marroquíes o argelinos) salvo un residente procedente de países del África Subsahariana.
El equipamiento, con una capacidad máxima operativa fijada en 512 plazas (se redujo a algo menos de 400 por prevención sanitaria para evitar contagios de la COVID-19 tras la declaración del primer estado de alarma), ha mantenido un nivel de ocupación media anual por encima de los 400 extranjeros durante los últimos quince años.
En 2017 y 2018 dicha ratio se situó en 719 y 714 acogidos, respectivamente, y el año pasado cayó a 453, según las cifras que ha proporcionado el Gobierno central al senador de Compromís Carles Mulet.
Aunque la entrada de marroquíes en el CETI ha solido condicionarse a que fueran peticionarios de Protección Internacional, durante los últimos meses se ha empezado a dar cabida en sus instalaciones atendiendo a su “vulnerabilidad” a jóvenes marroquíes (actualmente, unos 30) que permanecían tutelados por la Ciudad Autónoma hasta cumplir la mayoría de edad, cuando podían cruzar el Estrecho o regresar a su país.
Media
Entre 394 y 719. La ocupación media anual del CETI de Ceuta ha oscilado entre 398 y 719 personas desde 2005, el primer ejercicio con datos de la Administración General del Estado. El mínimo se registró en el ejercicio 2010 y el máximo, en 2017. Desde 2013 no se había bajado del medio millar de foráneos residentes de media hasta 2020, cuando la tasa se quedó en 453.
Magrebíes
Sólo un subsahariano. Actualmente el CETI alberga a unos 150 extranjeros, según las fuentes consultadas por este periódico, todos salvo uno de origen magrebí (marroquíes y argelinos).
Jóvenes
Vulnerabilidad. Aunque la acogida de marroquíes en el CETI se había condicionado a que fuesen peticionarios de asilo, ahora se ha abierto a los jóvenes marroquíes que cumplen la mayoría de edad tras haber sido tutelados por la Ciudad atendiendo a su vulnerabilidad.
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