Las calles desiertas, los hogares llenos de familias que asisten con pena a las estadísticas sobre afectados de coronavirus y las cifras de muertos. Ceuta sigue siendo la que menor impacto soporta, con 6 casos declarados y todos bajo control. El aislamiento es la única medida para que el daño sea el menor contemplado.
La lluvia ha marcado este octavo día de confinamiento en el que solo se aprecia a las personas imprescindibles en las calles. Los ceutíes están cumpliendo con lo encomendado y salen de sus hogares para hacer las compras básicas. En ellas, no obstante, se ve a los profesionales trabajando y entre ellos al personal encargado de desinfectar al máximo todos los rincones.
Todo está desierto, también el puerto, en cuya estación marítima solo se ve a un puñado de personas esperando para dejar la ciudad. La Delegación del Gobierno insiste en que está prohibida la salida o entrada de residentes salvo aquellos casos en los que se esté autorizado por la administración de la plaza de los Reyes. Los que no tienen ese control son las caravanas que entran de forma constante en nuestra ciudad abandonando Marruecos. Algo que ha generado muchas críticas y lo sigue haciendo debido al temor existente porque proceden en masa del vecino país.
El estado de alarma se ampliará en otros quince días más. Es la medida que ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a los dirigentes autonómicos y que deberá se aprobada por el Congreso de los Diputados. Hay que ser fuertes y seguir manteniendo una actitud acorde a los consejos que está ofreciendo el Ministerio de Sanidad para poder salir de esta auténtica pesadilla cuanto antes.
La responsabilidad es la que debe primar ante todo, para que en cuanto menos lo esperemos, haya llegado el final de este confinamiento y la recuperación de una vida normal, como la que siempre hemos tenido.