La Salvamar ‘Gadir’ coordinó ayer el rescate de ocho inmigrantes subsaharianos que fueron encontrados en una balsa neumática que había quedado a la deriva. La intervención se llevaba a cabo tan sólo 24 horas después del rescate de otros cinco inmigrantes, tal y como ayer informaba este medio. Nada más tenerse conocimiento del rescate, se activó el protocolo de emergencias a través de la Cruz Roja, prestando a los sin papeles la asistencia social y sanitaria debida.
En el puerto deportivo esperaba la Policía Nacional, encargada de iniciar los trámites oportunos para su traslado a la Jefatura Superior y su posterior ingreso en el CETI. Se requiso la balsa de remos utilizada para intentar alcanzar las costas peninsulares.
Según ha informado la entidad humanitaria, no se tuvo que proceder a traslado alguno de los inmigrantes al Hospital ya que llegaban en buenas condiciones de salud. El ritmo de salidas al que se enfrentan los operarios de la Salvamar en este mes se está equiparando al que se alcanzó el pasado mes de agosto. Las entradas son constantes, sin que exista presión alguna por parte de los agentes marroquíes para vetar el tránsito de inmigrantes. Las balsas salen de la zona norte con la permisividad y connivencia de los agentes marroquíes, iniciando así travesías marcadas por la peligrosidad y el desconcierto.
Desde el pasado mayo son más de doscientos los subsaharianos y magrebíes que han sido interceptados en aguas del Estrecho cuando habían partido en embarcaciones neumáticas. En todas las intervenciones se repite el mismo esquema: balsas que parten cargadas de indocumentados y que viajan a la deriva, sin piloto que conozca la mar y sin tener un sustento que ampare una marcha sin peligro alguno.
En los dos últimos meses se da además la coincidencia de que todos los subsaharianos interceptados son de origen francófono y varones. Se ha registrado un único caso de una mujer rescatada, que además estaba embarazada, y de media docena de menores, algunos de ellos todavía sin confirmar la edad, ya que se está a la espera de los resultados de las pruebas osométricas que deben practicarse.