Indignación en el seno de una
familia de Ceuta por el trato que recibió su madre, "con alzheimer, diabética y que sufría una dolencia cardíaca". Según relatan, pasó más de ocho horas en el hospital y el
médico que acababa de entrar a trabajar la "ignoró", dejando su expediente "en blanco" hasta que llegó el cambio de turno. Pilar González entró con su progenitora por la puerta del
Hospital Universitario de Ceuta a las "ocho menos veinte" de la mañana del pasado miércoles. Cuando llegaron, el personal les avisó de que se estaba llevando a cabo el "cambio de guardia y que pronto llegaría un médico". No fue así, según el relato de González, ya que el facultativo no se presentó "hasta las nueve menos cuarto". Asegura que este le hizo "muy poco caso", e incluso parecía "no prestar atención" cuando la hija le indicaba que su madre padecía de alzheimer, por lo que no se podía comunicar, y de diabetes. "Le pregunto que qué podría tener y me dice solo 'no sé", recuerda, puntualizando que se le realizó un electrocardiograma y una analítica. Pasadas ya varias horas, el otro hijo de la mujer decidió acudir a presentar la primera queja del día en Atención al Paciente, a la vista de que su madre se encontraba en el box esperando "sin que nadie diera respuesta alguna o trajera las resultados". A las doce del mediodía, González insistió al médico, sin obtener resultados y, una hora más tarde, acabó por arrancarle una mínima respuesta: "Me dijo que un valor estaba mal, que había que repetir la analítica a las cuatro horas". Entretanto, la mujer observó como "durante toda la mañana el médico se dedicó a dar paseos y a hablar con su mujer, que le fue a visitar en el despacho, de temas ajenos al centro hospitalario". La gota que colmo el vaso se precipitó a las cuatro de la tarde, con el cambio de guardia y la llegada del doctor del siguiente turno, que se encontró los expedientes de los pacientes sin completar: "Me pidió disculpas y me dijo que no sabía nada de lo que tenía mi madre porque le habían dejado la ficha sin completar". También denuncia González que a su madre no se le dio "nada de comer, ni un misero vaso de agua, hasta las cuatro de la tarde, a pesar de tener diabetes, como previamente había avisado". A la vista de este escenario y "con el apoyó del propio profesional sanitario", que le "instó" a presentar la queja, acudió a
Atención al Paciente donde la cursó. Finalmente su madre tuvo que permanecer en el hospital hasta el jueves en observación, ya recuperada de la alteración cardíaca que la obligó a acudir a Urgencias.