El pasado mes de julio, las
obras de la pista de
Juan XXIII, en Ceuta, se retomaron tras casi 4 años paralizadas. Dos meses después de esto, los avances son pocos y eso supone el enfado de la vecindad.
El Ejecutivo local anunció que esta actuación la está llevando a cabo
Acemsa, que está adscrita a la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, y lo que estaba realizando era el movimiento de tierra y el allanamiento del terreno.
Transcurridos varios años sin que se hiciera nada, estos trabajos son necesarios para que luego la Consejería de Fomento lleve a cabo las actuaciones prometidas a los
vecinos de la barriada.
El enfado por parte de la vecindad es la lentitud con la que se está produciendo el allanamiento del lugar.
Son dos meses sin que vean un avance y eso les hace recordar viejos fantasmas por lo que temen que las obras se paralicen otra vez.
Un extremo que este periódico ha confirmado que no se paralizarán en ningún momento. Todo el trabajo se está realizando en la nueva ruta a seguir y lo único que está ocurriendo se debe a dos motivos: por un lado que el terreno es complicado debido a los desniveles y por otro que todavía hay complicaciones con los materiales y no llegan en el tiempo estipulado.
Asimismo, el Gobierno de
Juan Vivas prevé sacar a licitación durante las próximas semanas por unos 900.000 euros, IPSI incluido, la ejecución de una pista de fútbol 5 sin techo con césped artificial, para lo que se quiere reutilizar parte del retirado del estadio Alfonso Murube.
Para el mantenimiento del césped de la pista de fútbol se ejecutará un sistema de riego por aspersión en toda su superficie. Será “inteligente y programable” y complementará los diferentes trabajos manuales ordinarios de mantenimiento que se desarrollarán por los profesionales encargados del mismo.
Por último, entre lo que más lamentan los vecinos destaca el local social. Se les informó que tras la petición de la Federación de Fútbol se le buscaría otra ubicación, pero por el momento desconocen el lugar. Asimismo, en todo este tiempo todo el recinto ha estado vallado para facilitar el trabajo de los operarios. Cabe recordar que este proyecto fue adjudicado en su día a Tragsa, entonces cifrado en 3,1 millones de euros.