Los empresarios de la Gran Vía se han concentrado esta mañana a las puertas del Palacio Autonómico para exigir soluciones al Gobierno ante la “caída de ventas del 50 por ciento”, la “inseguridad para comerciantes y vecinos” así como el “incumplimiento de promesas” respecto a la exención de pago del “impuesto de terrazas”. Desde febrero, las obras de reforma en la avenida Alcalde Sánchez Prado se ha traducido también en “cierre de negocios y despidos” , una declive que, auguran, continuará si no cambia esta tendencia. Por otra parte, los concentrados han instado a Tragsa, al arquitecto y a la Ciudad Autónoma a quitar las vallas que han convertido el acerado en “callejones oscuros” para atraer a la clientela pérdida, especialmente, en un temporada de ventas como es el verano. El colectivo, formado por hosteleros y tiendas de distintos sectores, dudan de que Tragsa vaya a acelerar la finalización de las obras porque “solo hay cuatro obreros trabajando”.
Tras un encuentro informal fuera del Ayuntamiento con Kissy Chandiramani, consejera de Economía, Hacienda, Administración Pública y Empleo, los congregados han entrado para pedir explicaciones a la Consejería de Fomento porque Tragsa sigue sin retirar las pantallas que ciegan sus negocios. En el hall, han sido atendidos por el presidente, Juan Vivas, quien les ha emplazado mañana a las 13.00 horas a reunirse ya que hoy se dirigía a visitar a Bomberos por el incendio del pasado fin de semana. Hacienda, que se comprometió a estudiar la exención de las tasas por terraza a los hosteleros de Gran Vía en cuanto presentasen su propuesta de manera formal, como la Cámara de Comercio que se ofreció a mediar, “nos dijeron la primera vez que nos reunimos con ellos unas cosas que no se han cumplido y hasta ahora, como estamos callados, ahí se queda la cosa”. El colectivo considera que está “abandonado” porque, como ejemplo, hay empresarios que han tenido que llamar “a Trace para que venga a limpiar la calle”.