Después de protagonizar el Museo Bertuchi, un pintor en la memoria durante cuatro años en los que el público de Ceuta, de Marruecos y del resto de España pudieron admirar la obra del genial artista del Protectorado, los óleos, acuarelas, carteles, dibujos, filatelia y otras especialidades pasaron a la Península, incluidas sus numerosas condecoraciones oficiales.
La vida y obra del pintor venía avalada por diversas publicaciones que pusieron al alcance del público en general la vida y el ingente trabajo que desarrolló durante su estancia sobre todo en Granada, San Roque, Ceuta y en el Protectorado español de Marruecos con base en Tetuán. Son trabajos de José Antonio Pleguezuelos, Belén Abad, José Luis Gómez Barceló y otros, junto a la incansable labor desarrollada durante décadas por Mariano Bertuchi Alcaide, el nieto del pintor, ayudado por el resto de la familia que son los propietarios de la colección actual.
La obra del pintor se ha expuesto en numerosas muestras en España y fuera de ella y siempre despertó gran interés en las ciudades por donde pasó. Por ello, en la actualidad se están negociando nuevas muestras en diversas ciudades que han mostrado interés en exponer algunas de las facetas artísticas del pintor. Sin embargo Ansorena, la conocida empresa de subastas y exposiciones madrileña que opera en todo el mundo, presentó una pequeña muestra de las obras que antes se expusieron en Ceuta. Figuraban en esta exposición que estuvo abierta al público durante 15 días junto a la Puerta de Alcalá, algunos óleos, significativas acuarelas, magníficos carteles turísticos de diversas épocas e incluso una muestra del trabajo filatélico del artista. En total son 26 las obras que ya forman parte de las colecciones privadas de seguidores del artista.
Y a finales del pasado mes de septiembre tuvo lugar la subasta aunque, sin embargo, una semana antes ya se habían recibido pujas por teléfono para casi todas de las obras expuestas, lo que puso de manifiesto el interés por el legado del pintor granadino. El acto final de dicha subasta revistió gran interés porque numerosas personas de distintas procedencias pujaron en la sala y a distancia por cada pintura que salía al mercado. Al final, todas las pinturas fueron adjudicadas en condiciones muy positivas, precisamente por la competencia que existió en todo momento.
Aunque el Museo Bertuchi ya pasó a la historia de Ceuta, la ciudad debe dotarse de exposiciones y museos que la hagan atractiva para el turismo y la formación cultural de sus ciudadanos. El espacio de la pintura orientalista ya informada por el Instituto de Estudios Ceutíes puede ser una alternativa, porque en este capítulo no cabe duda que se abrió camino con Bertuchi, un pintor en la memoria.
Algunas de las obras de Herederos de Mariano Bertuchi que fueron subastadas pertenecen a distintas facetas del autor: carteles de Turismo del Protectorado Español en Marruecos, oleos como ‘El embarcadero de Salé (Rabat)’ o ‘La romería’, además de algunos diseños de filatelia o tintas chicas como la titulada ‘Comercio’.
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