Cruz Roja Ceuta efectuó ayer un simulacro marítimo-terrestre con dos posibles situaciones distintas en las que participaron cerca de una treintena de voluntarios Aída se quedó mucho más tranquila cuando vio, por fin, que su padre abría los ojos. Aún sabiendo que todo lo que estaba ocurriendo era mentira, había cierta preocupación en su gesto. “La verdad que aún sabiendo que no es verdad impresiona”, confirmaba Rosa, su madre. Ambas presenciaron ayer atentas, pasadas las 10.00 de la mañana, el simulacro de salvamento marítimo-terrestre que Cruz Roja Ceuta desarrolló en la playa de La Ribera. Y es que Olvaldo, su padre y marido, era uno de los protagonistas. Su cometido, como buzo profesional que es, era concretamente interpretar el papel de una persona hundida a la que los efectivos de Cruz Roja debían buscar y reanimar. “Podría ser, por ejemplo, un trabajador que está en un barco y debido a un golpe de mar cae al fondo y desaparece durante unos instantes por lo que se activan los protocolos de emergencias”, informó el responsable de Servicios Productivos de Cruz Roja, Ángel Celadero. Tras unos minutos de búsqueda, de rastreo de la lancha que la institución humanitaria tiene dedicada a este tipo de emergencias se localizó al hundido y lo subió hasta la embarcación para, posteriormente, ser atendido en tierra en tareas de reanimación cardiopulmonar a cargo de los socorristas del puesto, de la embarcación y de la ambulancia de Soporte Vital Básico.
En total fueron una treintena los voluntarios movilizados para la realización de un simulacro en el que estuvo presente el consejero de Sanidad, Abdelhakim Abdeselam, y el director provincial del Ingesa, Fernando Pérez Padilla. El primero destacó que “los bañistas de Ceuta, gracias a Cruz Roja, están siempre más seguros” y recordó que la precaución es clave para que accidentes como los ayer interpretados por los socorristas no sucedan. “Es importante conocer la normativa y las recomendaciones que dan, cada año al llegar el verano, los socorristas de Cruz Roja”, aseguró el consejero. Y es que a nadie se le escapa que la necesidad de disponer de un operativo y personal cualificado es vital para que, en el caso de situaciones graves, poder responder con rapidez, eficacia y profesionalidad. “Este tipo de imprevistos, además, son de un gran impacto social y es necesario que se controlen todo lo que sea posible”, opinó Abdeselam. Por su parte Pérez Padilla se mostró sorprendido por la gran preparación de los socorristas. “Es extraordinaria, pues yo que vengo del ámbito de las Emergencias y conozco muy bien todos los protocolos y técnicas les he visto hacerlo muy rápidamente y de modo eficaz”.
La segunda situación planteada tenía como protagonistas a un grupo de chavales que, jugando en un hidropedal, sufrían un importante accidente corriendo serios riesgos de ahogamiento e, incluso en uno de los casos, con un grave traumatismo craneoencefálico. No faltaron los “¡socorro!, ¡socorro!”, las llamadas por la emisora en alerta a los servicios médicos de emergencia, los boca-boca... Una interpretación de lo más lograda con el objetivo de poner a prueba el dispositivo desplegado por Cruz Roja, como cada año, en nuestras playas. Porque el bañista ceutí debe acudir a ellos con las máximas garantías. El objetivo no es otro que salvar vidas en el mar.
1. Del juego y la diversión en el hidropedal... a un grave accidente El segundo supuesto que compuso el simulacro partía de la hipótesis de que tres niños (o jóvenes) montados en los populares hidropedales que tanto se están utilizando en nuestras playas en los últimos años volcaban, se quedaban atrapados bajo el gran artilugio y corrían graves riesgos. Una de las víctimas del accidente sufría un traumatismo craneoencefálico mientras que los otros dos debían ser atendidos por tener dificultades respiratorias y correr riesgo de ahogamiento. Los ‘actores’, también socorristas de Cruz Roja, interpretaron muy bien su papel haciendo aspavientos desde el agua y pidiendo a gritos ayuda. La imagen resultó de lo más real.
2. Al rescate de los heridos, con todos los materiales necesarios Tras la llegada de los primeros socorristas, que hacen una primera evaluación en el agua de la gravedad de la situación, llegan refuerzos que trasladan, además, todo el material necesario. En este caso concreto, como una de las víctimas sufre un traumatismo craneoencefálico y va a ser necesario inmovilizarla, se traslada la camilla (como se puede ver en la imagen en color amarillo). Tras el aviso recibido en la emisora los socorristas se lanzaron al agua con muchísima celeridad. Desde la orilla, los medios de comunicación, autoridades, compañeros de Cruz Roja y algunos curiosos congregados seguían atentamente la escena hasta su desenlace final.
3. Inmovilizar a la víctima de un traumatismo craneoencefálico Tres efectivos de Cruz Roja Ceuta se encargaron de demostrar cómo, en el agua, se debe inmovilizar a una víctima de accidente marítimo tras ser rescatada. Prima, como en todos los accidentes, la inmovilización correcta ayudándose de los materiales necesarios. Mientras esto ocurría la lancha de salvamento de Cruz Roja ya había sido avisada y se trasladaba hasta el lugar del accidente al objeto de recoger a las víctimas y llevarlas a la orilla. También se había avisado ya al 061 para que enviasen una ambulancia hasta el lugar de los hechos. El dispositivo llevaba buen rato en marcha.
4. Evacuación del herido hasta la orilla Una vez inmovilizado en la camilla, la víctima fue subida a la lancha de salvamento que, en pocos segundos, arribó a la orilla para que, una vez en tierra, el herido pudiera ser atendido por los especialistas.
5. Reanimación en la orilla y a la ambulancia El último paso en el simulacro de tres jóvenes que caen tras volcar su hidropedal se efectuó, ya en tierra, al reanimar al herido y una vez conseguido trasladándolo a la ambulancia que ya esperaba arriba.
“No es lo mismo estar de este lado”. Osvaldo, acostumbrado a ser él quien busca y rescata a quienes han tenido percances en el mar ya que es buzo profesional, fue quien en esta ocasión actuó como víctima sumergiéndose durante varios minutos. Una vez ‘rescatado’ reconocía que le había dado un poco de impresión estar del lado de la víctima y destacó el buen trato recibido por los socorristas que le habían ‘salvado la vida’.