Objetivo: salvar el culo

Podía haber recurrido a un sinónimo menos directo, pero para qué, cuando aquí lo que se trata es de eso: de salvar el culo. Es el objetivo de quienes están ya preparando el terreno para pegarse al partido de turno buscando que se les garantice, como mínimo, un puesto en las listas. Pasada la marea de ‘La Roja’, comienza la locura de las elecciones y hay que hacer méritos para que el cabeza de turno cuente con sus más allegados pelotas para incluirlos en la lista que optará al Gobierno. Lo que se traduce en perpetuar la nómina durante los próximos años. Así de triste se dibuja el panorama político. Me llamarán radical, fatalista... lo que quieran, pero tanto ustedes como yo saben que muchos de los que ocupan puesto de mando están ahí más por el peloteo al mandamás que por su valía. Si se estilara lo contrario, más de un área funcionaría como debe y no se cometerían errores de bulto como los que nos han precedido.
Ha llegado el momento de acercarse al puesto de mando. Pero no porque se sienta devoción por la política, un arte en el que no caben inútiles pero que en cambio consigue acunar a más de un aficionado a manejar la cosa pública. El trabajo es complejo porque se trata de que el partido cuente contigo ‘para lo que sea’ con tal de asegurar una nómina y de paso conseguir esa parcela de poder público que te permite colocar a los más allegados. ‘La familia es lo primero’, que dirá más de uno. Y eso hay que aplicarlo a rajatabla: primero colocamos al niño que después éste ya se encargará de hacer el resto.
Por eso de aquí al próximo año vamos a empezar a llevarnos muchas sorpresas. Los resucitados ocuparán puestos gracias a lo que saben y callan y merced a que en los partidos se olvidan demasiado pronto los chanchullos de cada cual. Veremos qué cara se les queda a los que constituyeron un grupo alternativo que llegó a beber de la copa del éxito hasta que la borrachera se coló por la bragueta gracias a una acción digna de estrategas de telenovela.
Con un 2012 a la vuelta de la esquina que supondrá el estrangulamiento de todo un cordón económico como es el polígono del Tarajal y un patio político cada vez más revuelto y presionado, lo mínimo que debería hacer quien ostenta el cargo es comenzar a dibujar un equipo de mando adecuado a las circunstancias que nos va a tocar vivir. Hay que salvar el culo colectivo con el dinero de todos.