OBJETIVO: Regalar sonrisas

Ocho cooperantes de la Fundación ‘Luis Seiquer’, junto a sus impulsores Antonio Castaño y Adela González, atienden durante tres días a ancianos y niños desfavorecidos en Tetuán El Quijote ya nos lo advertía: “Más se ha de estimar un diente que un diamante”. Con el fiel propósito de fomentar ese mensaje entre la población más desfavorecida trabaja en los últimos años el odontólogo y profesor de la Universidad de Sevilla Antonio Castaño. No lo hace solo. Le respalda un gran equipo de cooperantes para, entre todos, ejercer odontología social. ¿Dentista gratis?, pensará más de uno al leer el término. “No se trata de hacer competencia a los compañeros, sino de llegar a personas que, de no ser de este modo, jamás pondrían los pies en la consulta de un dentista”, aclara Castaño. Junto Adela González, gerente de la Fundación ‘Luis Seiquer’ que ambos han impulsado, arribó a Ceuta el pasado jueves. Transportaban grandes maletas con material sanitario y su objetivo estaba, como en las más de diez veces anteriores, en Tetuán. Allí trabajan desde 2010 con la Fundación Hanan, el Centro Infantil Benéfico Musulmán y en un Centro de Mayores. Un centenar de huérfanos, ancianos y más de 700 niños con problemas físicos y psíquicos muchos de los cuáles jamás han abierto la boca  ante un especialista. Ellos son los beneficiarios de una labor que, según Castaño, le proporciona más de lo que él da. “Lo más enriquecedor, aparte de cazar el agradecimiento que es enorme y se capta en forma de sonrisas, besos y abrazos, es darnos cuenta de que estamos atendiendo a una serie de personas que, si no lo hiciéramos nosotros, no lo haría nadie”, considera el doctor. ¿Qué hay más bonito que regalarle una sonrisa a un anciano? Para él y los cooperantes, ocho en total, que le han acompañado en esta ocasión pocas cosas. ¿Qué hay más satisfactorio que garantizar a varios abuelitos que, en lo que que les quede de vida, van a poder masticar, hablar y relacionarse mejor?
Tras varios años de experiencia saben bien que las condiciones que encuentran al llegar a zonas desfavorecidas no son las más idóneas. Hay muchas limitaciones. “La salud bucodental va en relación al nivel socioeconómico y sociocultural”, indica Castaño, “de ahí que las personas con las que trabajamos, sobre todo en el caso de los ancianos, les falten muchas piezas dentales y las que quedan están en un estado calamitoso”. Ahora, incluso, se está apalabrando una alianza con un centro de formación profesional de prótesis dental de Sevilla para que cada estudiante de prótesis ‘apadrine’ a un abuelito. En lo que se refiere a los niños, como el sistema sanitario marroquí no cubre la atención bucodental y, en muchos casos, se dirigen a niños con bastantes carencias afectivas, la situación  en las que se encuentran es también preocupante.
A nadie se le escapa tampoco que la dieta de la cultura musulmana no es la más adecuada para el cuidado de la dentadura, de ahí que los problemas también se agraven. “Como todos saben es muy azucarada, de tal manera que la dieta influye de forma directa”, explica el odontólogo recordando que los niños no solo presentan caries sino que también suelen tener las encías inflamadas por la carencia de hábitos de higiene. Por eso además de realizar tratamientos los proyectos de la Fundación ‘Luis Seiquer’ hacen mucho hincapié en la prevención. No hay que olvidar que nuestra boca es la puerta de entrada al resto del organismo, un punto de defensa y al mismo tiempo el lugar en el que se inician patologías que afectan a otras partes de nuestro cuerpo. “Alguien que tenga 12 piezas de las 32 con que contamos entre dientes y muelas es, aunque muchas veces no se reconozca, un inválido oral”, considera el odontólogo y profesor de Sevilla.
De ahí que recuerde como algo realmente entrañable la historia de Pedro, un ex toxicómano hispalense que, a pesar de estar curado, no lograba conseguir un puesto de trabajo porque en su dentadura podía leerse con facilidad su pasado. Tras ser atendido por la fundación ha logrado un trabajo como jardinero en una comunidad de vecinos. Pero Castaño y sus alumnos no solo visitan, sino que también forman a los monitores y responsables para que se continúen las labores de prevención. “Estamos muy cerca, pero a la vez muy lejos. Más que anécdotas me gusta destacar del trabajo en Marruecos el gran agradecimiento que hay del paciente hacia el doctor, así como un fenómeno de interculturalidad que valoro muy positivamente. Quiero destacar también que hay ceutíes que nos ayudan a desplazarnos y movernos allí”, comenta.
Castaño y González saben que están realizando una labor positiva. “Ahora soy mucho más feliz que hace seis años”, reconoce el doctor. Y es que todos ganan. Los niños, ancianos y demás personas desfavorecidas que se benefician de su atención, los ceutíes que “ayudan al otro lado de la frontera” y ellos en una doble vertiente. En la práctica que adquieren los jóvenes odontólogos voluntarios y en el enriquecimiento personal que les llena al saber que están ayudando a quienes de otro modo no podrían velar por su salud bucodental. Una labor encomiable que merece todo el reconocimiento. ¿Qué puede haber más bonito que devolver la sonrisa a quien la perdió y velar porque las nuevas generaciones nunca lleguen a borrarla de su rostro? “¿Si esto podría llevarse a cabo en Ceuta? Por supuesto, estamos a disposición de las autoridades si lo creen oportuno” Los responsables de la Fundación ‘Luis Seiquer’ son perfectamente conscientes de que , si está bien atender a poblaciones muy desfavorecidas en el extranjero, basta echar un vistazo rápido a nuestro alrededor para advertir que en nuestro propio país también hay ciudadanos que, por falta de recursos, tampoco pueden acceder a los servicios odontológicos. Por eso, para llegar también a personas en riesgo de exclusión social aquí, la institución ha impulsado varios proyectos para trabajar, por ejemplo, en las 3.000 viviendas de Sevilla o en centros de drogodependientes. Y en Ceuta, ¿tendría sentido la odontología social? El doctor Castaño no tiene ninguna duda. “Hay que tener presente que tanto Ceuta como Melilla son las ciudades españolas con más personas en riesgo de exclusión social, de ahí que por supuesto si las autoridades así lo consideran oportuno, trabajaríamos para instalar algún tipo de clínica permanente en las ciudades autónomas”, indicó Castaño, “de hecho hay un alto porcentaje de dentistas ceutíes y melillenses que se han ofrecido a trabajar con nosotros cuando existan programas específicos”. “Queremos que   no sea la primera” “Somos cinco estudiantes y tres dentistas”. Francisco Javier Gómez es uno de los ocho cooperantes que desde el viernes y hasta hoy acompañan al doctor Castaño en la atención de niños, ancianos e incapacitados en Tetuán. Minutos antes de cruzar la frontera del Tarajal afrontaban la que para todos ellos es su primera experiencia de este tipo con una enorme ilusión. “Estamos un poco expectantes, pero la intención es que no sea la primera vez y que este proyecto tan bonito pueda continuar adelante”, comentaba Gómez. Sabían que las condiciones para trabajar no serían las mismas con las que ejercen en España, pero esa cuestión no les resultaba impedimento. Sabrían cómo superar las dificultades. “La salud bucal es muy importante y en países como Marruecos, donde la conciencia social por motivos económicos y culturales es muy baja, proyectos como este son muy claves porque si no lo hacemos nosotros no lo hará nadie”. Entre los ocho cooperantes se encontraban dos alumnas del máster de Odontopediatría que destacaron que “atender a un niño es mucho más delicado porque se ha de poner un plus de cariño y comprensión”. El doble objetivo de la fundación “Mejorar la formación y la calidad de los odontólogos a través de la atención integral de los colectivos desfavorecidos de la sociedad”. Así se presenta la fundación a través de la página web donde se exponen todos sus proyectos ‘www.fundacionodontologiasocial.org’. Y es que este doble objetivo docente-asistencial les ha llevado ya a estar presentes en tres continentes (África, América y Europa). Si hablamos de cifras nos podemos hacer una idea del alcance de su labor. Más de 45.000 personas atendidas en los últimos seis años y la participación de más de 300 docentes y alumnos de odontología. Entre las instituciones que en este tiempo han apoyado la labor de la fundación cabe destacar a la Universidad de Sevilla, a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, así como a varios colegios de dentistas como el de la capital hispalense, Ceuta o Navarra. La excelencia clínica, el máximo respeto hacia la población receptora y la educación en valores son tres de sus principales banderas para ayer, hoy y mañana continuar ejerciendo su profesión hacia las poblaciones más excluidas de la sociedad. Todo por una sonrisa.

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