Son los vecinos del conocido como ‘edificio de la cúpula’, en pleno Recinto Sur, número 5. Nueve familias que se han convertido en víctimas de la inseguridad ya que en poco más de un año han sufrido tres robos y siete intentos que no se materializaron gracias a su rápida intervención. El último en la noche del pasado miércoles, cuando sorprendieron a un ladrón al que intentaron interceptar sin éxito: salió huyendo portando un cuchillo. No ha sido el único caso. Con motivo de la final de la Eurocopa, otra vecina del inmueble se topó con el ladrón ya dentro de su casa y meses atrás se repitió la misma historia, aunque esta vez la Policía Nacional y la Local sí consiguieron detener al delincuente cuando pretendía ocultarse en las escolleras de Fuente Caballos. Allí se sospecha que llevan todo lo que sustraen de las viviendas.
La existencia de unos andamios desde hace más de un año en el inmueble se ha convertido en una auténtica pasarela al delito para los cacos. Lo tienen fácil y lo han demostrado. Trepan por los andamios y aprovechan si alguna ventana está abierta para colarse en su interior. Si no lo está, la abren o, incluso, han pasado de un edificio (hay tres inmuebles comunicados entre Espino y Recinto) a otro aprovechando que la ventana de uno de ellos estaba abierta. ¿Qué hay vecinos durmiendo? No les importa. “Ha habido veces que tiran piedrecitas a las ventanas para ver si se asoma alguien y comprobar si hay inquilinos en su interior”, señala una víctima de estos últimos robos.
En estos episodios el nivel de agresividad de los autores no ha pasado desapercibido, porque acostumbran a portar armas blancas que podrían intentar utilizar si el inquilino les hace frente. La inseguridad de la que se sienten víctimas los aquí residentes ya la han trasladado por escrito a la inmobiliaria que gestiona el edificio. La solución no ha podido ser, de momento, más irrisoria: colocaron un foco de luz que, parece ser, ha terminado por facilitar más las cosas a los delincuentes, dada la cantidad de intentos que se están produciendo.
En enero de 2011 los propietarios de este bloque en cuestión y los situados justo a su lado colocaron los andamios que rodean todo el edificio. El objetivo es llevar a cabo una restauración general del edificio, pero la realidad es que las obras marchan demasiado lentas. “En seis meses”, dicen, “no hemos visto que se haya hecho nada en uno de los inmuebles”. En el que se están produciendo los robos, las actuaciones van demasiado lentas.
Los vecinos protestan por esta desprotección y ponen ejemplos. “Pintamos la escalera, tapamos boquetes que había en la entrada y han venido los obreros y los han vuelto a abrir otra vez y a levantar la pintura”, indican mostrando la entrada del bloque. Ya hay vecinos que se han marchado y sus casas han sido tapiadas y algunos tramos de las escaleras han quedado apuntaladas. Los residentes quieren que los propietarios restauren el edificio y advierten del peligro que podrían correr las casas de esos bloques colindantes si se produce su demolición.
Ahora, de momento, lo que ellos sí están padeciendo son las consecuencias de arrastrar más de un año con una obra que no avanza y que está sirviendo para que se estén repitiendo los intentos de robo dejándoles sin medios de defensa. Ha habido robos que se han producido por el poco cuidado que se está teniendo a la hora de realizar la obra. Es el caso de una vecina cuya vivienda fue asaltada ya que el ladrón consiguió acceder al bloque entrando antes en el edificio colindante, aprovechando que los obreros habían dejado una de las ventanas abiertas, pasando así de bloque a bloque, aprovechando esa comunicación que hay entre los inmuebles. Los residentes reclaman además que las administraciones velen por la protección de edificios como éste, que tienen su propia historia.
De hecho la Consejería de Cultura se refiere a este edificio en su página de catálogos de inmuebles. El ‘edificio de la cúpula’ denominado edificio de D.Miguel Guil o casa Guil fue levantado durante la II República y Guerra Civil y finalizado en 1938. En su descripción destaca “la cúpula de teja vidriada así como el portón y la caja de escalera con interesantes baldosines y azulejos”, aludiendo a la protección que debe darse a estos edificios.