Alrededor de 12.000 kilos de adoquines ha recogido la empresa municipal de
Obimace procedentes de la obra de mejora de Gran Vía, un material que, lejos de ser desechado, pasará a ser reutilizado a medida que sea necesario. “Lo acumulamos para poder sustituirlos cuando se rompa algún otro adoquín en alguna zona de la ciudad donde aún haya este tipo de material”, explica el gerente de la entidad municipal, Gregorio García Castañeda. Los adoquines se acumulan en un solar del Recinto, desde donde se podrán trasladar para su futura reutilización, aunque tampoco se descarta que los adoquines puedan ser demolidos para su empleo como material de obra. Este empedrado no es el único material que se reutilizará tras su retirada de la
Gran Vía, donde se realizan obras desde el pasado mes de febrero. Las farolas y los bancos de piedra también han sido retirados a la espera de volver a ser reubicados en otras zonas de la ciudad.
Los adoquines se emplearán en obras de mejora en otras barriadas
“Todo el mobiliario urbano se utilizará para sustituir otros elementos cuando vaya siendo necesario”, aclara Castañeda. Los montículos que recorrían las aceras de la Gran Vía, también conocidas como avispitas, son otros de los elementos que han sido apilados a la espera de su reubicación en otras barriadas de la ciudad. Las obras en esta céntrica avenida continúan a buen ritmo y actualmente se encuentra en fase de permeabilización, tras lo cual se dará paso al pavimento de acabado, en concreto los bordillos de granito silvestre moreno, el mismo tipo empleado en la Manzana del Revellín y que cuenta con la certificación C3 de resbaladicidad. De continuar a este buen ritmo, se estima que para finales de septiembre se abrirá la calle al tráfico, haciendo coincidir dicha apertura con la clausura de la circulación en Jáudenes para empezar así la reforma en esta calle.