La contaminación del vidrio, debido al elevado porcentaje de otros residuos orgánicos que se mezclaban con este material y que llegó a obstaculizar seriamente su reciclaje, obligó a la Ciudad a adoptar medidas para evitar que cientos de toneladas de vidrio terminaran en la planta de tratamiento como simple basura.
La escasa concienciación de algunos ciudadanos que arrojan las bolsas de basura a los contenedores de recogida exclusiva de cartón y papel, envases y vidrio llevó a implantar nuevos recipientes que dificultasen a estos incívicos mezclar los distintos materiales. Pese a los nuevos flejes de acero que refuerzan las tapas para evitar ser levantadas e introducir las bolsas de basura en su interior o las grandes pegatinas para indicar qué tipo de residuo debe ir en ese recipiente, la situación no parece haber mejorado. “Los nuevos contenedores han paliado un poco el problema pero no llega a concienciar a todo el mundo”, apuntó el consejero de Servicios Urbanos y Patrimonio Natural, Yamal Dris, consciente de que una actitud que lleve al ciudadano a reciclar pasaría por una mayor información y educación. “Hay personas que no tienen contenedor cerca de su casa y llevan los residuos en su coche hasta Ecoceuta para que los reciclen allí, pero en el caso de otros es necesario darles información y dejarles claro que estas actitudes pueden ser multadas por la Policía”.
Sin el apoyo de la ciudadanía, añadió Dris, “todo lo que hacemos se estropea”, por lo que abogó por aumentar la concienciación medioambiental desde edades muy tempranas. “Es necesario actuar en los colegios para que los niños se acostumbren a reciclar desde pequeños”.
El responsable del área de Servicios Urbanos y Patrimonio Natural recuerda que entre 20 y 25 contenedores de vidrio que son recogidos presentan hasta un 40% de RSU o Residuos Sólidos Urbanos que hacen inviable su reciclaje. “Hay tanto porcentaje de otros residuos que al final el vidrio termina tratado como basura”, se lamentó.
Los contenedores ‘contaminados’ por otros residuos no proceden de una barriada concreta, sino de distintos puntos distribuidos por toda la ciudad, según explicó Dris, y para ello ya se han puesto en contacto con la empresa Ecoembes, encargada de la recogida de vidrio procedente de nuestra ciudad, a fin de tomar medidas que puedan solventar esta situación.
No obstante, será necesario esperar entre cuatro y cinco meses hasta conocer si la sustitución de los contenedores ofrece resultados positivos o en caso contrario estudiar otras alternativas.
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