Nuevos cambios en la gestión del medioambiente ceutí

Queda mucho, muchísimo por hacer en beneficio del medioambiente ceutí. Los cambios de consejerías producidos en el nuevo gobierno de la ciudad suelen crear algunos desconciertos, lógicos por otra parte al comienzo de cualquier nuevo ciclo de gobierno. La vuelta de Carolina Pérez al área de gestión dentro del organigrama de la consejería de medioambiente es un dato interesante ya que el conocimiento mutuo que nos profesamos es a priori un factor que beneficia nuestro cometido ecologista. No podemos por otra parte, olvidar que en una etapa de gobierno anterior fue Consejera de Medioambiente y entre sus logros de gestión podemos citar el apoyo manifiesto hacia la redacción de la Agenda 21 local de Ceuta. Seguramente que para desarrollar la mayor parte de nuestra labor ecologista tendremos a Carolina como interlocutora válida ante el nuevo consejero del área Guillermo Martínez, al mismo tiempo será también portavoz del gobierno. Posiblemente una de las prioridades de gestión ambiental estará centrada en el desarrollo del plan de acción de la Agenda 21 que se ha llevado a cabo durante el periodo de Yolanda Bel al frente de la consejería. Sin embargo, son muchos los retos que tendrán que afrontar los nuevos gestores ambientales de este nuevo gobierno monocolor. Lo primero que deberían mirar de frente y mejorar es la gestión administrativa de la burocracia de la propia consejería, debido quizás a una falta de personal. Resultan llamativas las diferencias en la gestión de la burocracia entre unas y otras consejerías y esto es uno de los aspectos que más profundamente están lastrando unos trámites que en más de una ocasión se están convirtiendo en una verdadera pesadilla para nuestra asociación. Tenemos a una persona ocupada en impulsar estos trámites administrativos pero el resultado de realizar gestiones con el área ambiental es algo parecido a darse contra un muro infranqueable de errores encadenados que terminan conduciendo a unas situaciones interminables cuando se cotejan con la burocracia económica, esto es la intervención de la ciudad. No es nuestra intención mostrarnos como unas pobres víctimas de los retrasos burocráticos, porque entendemos que este es un mal que sufrimos todos los ciudadanos por igual pero solo pretendemos hacer una llamada de atención a los actuales responsables del área para que agilicen los trámites y pongan remedio a las situaciones burocráticamente surrealistas que son por otra parte estériles y lastran nuestro progreso como ciudad.
Como exponíamos al principio muchos son los proyectos que se deben poner en marcha los actuales responsables políticos del área de medioambiente para conseguir el progreso ambiental de Ceuta. Entre las muchas cuestiones que están por resolver queremos destacar los proyectos relacionados con el ciclo del agua. En primer lugar, la red de saneamiento tiene que continuar modernizándose (estaciones de impulsión sobre todo) y a la mayor brevedad posible hay que terminar con el necesario soterramiento de las canalizaciones que permitirán que la mayor parte de las aguas fecales lleguen a la EDAR. Parece que, sobre este particular, solamente se necesita conseguir parte de la financiación a través de los fondos europeos, está claro que el proyecto saldrá adelante si la ciudad lo percibe como algo prioritario y sobre todo necesario para conseguir disminuir muy significativamente la emisión descontrolada de aguas fecales al litoral. Nuestro compromiso de corresponsabilidad en esta materia dependerá de la implicación económica de la ciudad en la solución de este problema crónico que nos relaciona como sociedad con el tercermundismo urbano más cutre. Otro asunto que nos preocupa y mucho son los enormes gastos de energía provenientes de la desalación del agua de mar. Un problema este, el de los enormes gastos de la conversión del agua de mar en apta para el consumo humano, muy relacionado con la situación de la red de abastecimiento. Durante la anterior legislatura se nos presentó un programa de detección de fugas magnífico que no parece que funcione como es debido. Ahora más se nos antoja que se trataba de una maniobra de maquillaje burocrático político que un verdadero plan que ataje las fugas de la red. Los continuos episodios de salidas de agua potable en diferentes zonas de la ciudad indican que todavía se está muy lejos de resolver el problema. Uno de los casos más llamativos es una fuga en la cuesta del Morro en dirección hacia Miramar. Pues bien el agua dulce ha estado manando meses sin que los técnicos de la empresa municipal de agua hayan atajado el problema. Con los costes que tiene el agua potable en nuestra ciudad no estamos dispuestos a permitir infamias como la relatada con un recurso tan preciado y necesario. Las obras de la EDAR son también objeto de nuestra preocupación, de hecho solicitamos una auditoría públicamente, debido a la gran cantidad de inversión económica empleada en esta infraestructura sin que desde nuestro punto de vista se detecten las mejoras que solicitamos a través de nuestras alegaciones. Estas mejoras inciden en la reducción de los molestos olores que se van a extender por la ciudad en determinados momentos y en la minimización del impacto paisajístico que tampoco se ha observado como debiera. Otros aspectos más relacionados directamente con los costes de esta obra han sido expuestos en otros artículos de opinión. El plan de residuos tan esperado y necesario ha sido uno de los puntos de encuentro más significativos con la anterior responsable del área de medioambiente  pero todavía no ha sido oficialmente asumido por el nuevo gobierno de la ciudad. A pesar de que pensamos que, su asunción, será un puro asunto de trámite no dejamos de sorprendernos de la falta generalizada de premura en la resolución de tan importantes retos ambientales. La movilidad ceutí, absolutamente desquiciada, con un parque automovilístico sobrepasado en efectivos se presenta como otro de los problemas no asumidos por el ejecutivo ceutí. Es además un asunto crucial para reducir la contaminación atmosférica y acústica y también para devolver calidad de vida a nuestro depauperado medio ambiente urbano.
Las peatonalizaciones son  bienvenidas y convenientes pero se necesitan otras respuestas para acercarnos a sistemas más sostenibles de movilidad en la ciudad. La situación de la cuenta energética también es insostenible y necesitamos nuevas iniciativas que favorezcan el aprovechamiento de las energías renovables, sobre todo la solar. La energía mareomotriz está ignorada completamente y podría ser la gran fuente de energía limpia y gratuita que abasteciera a nuestra ciudad. Por último, no queremos dejar pasar el gran reto de la ocupación del territorio como uno de los aspectos más relevantes de la cuestión ambiental en nuestra ciudad. Estamos todavía a tiempo de reconducir nuestro modelo de ocupación territorial hacia postulados más apropiados a nuestro entorno. La perspectiva economicista no puede prevalecer, al menos de manera absoluta, y a esta se le debe oponer una profunda reflexión humanista que analice el territorio como un recurso precioso y complejo no como mero escenario histórico del acontecer humano sino más bien como una forma de estar en el planeta, como la expresión del carácter y del estilo de los pobladores de Ceuta y por su puesto como la manera en la que nos relacionamos con el resto de los recursos que nos proporcionan todo lo que somos como sociedad.