El nuevo ‘Díaz Flor’, al descubierto

• Contará con una piscina de 33x25 metros que permitirá que en waterpolo puedan ya celebrarse partidos internacionales y con una pista deportiva

• No será finalmente un complejo dedicado en exclusiva a deportes acuáticos

Ya se conoce cómo será el nuevo ‘Díaz Flor’. Tanto Tragsa como el Instituto Ceutí de Deportes (ICD) han trabajado de la mano para el diseño de la nueva infraestructura deportiva. Ahora mismo se está trabajando en la redacción del proyecto, pero sobre una base ya establecida.

Por supuesto, la idea que se estuvo barajando de convertir el nuevo ‘Díaz Flor’ es un polideportivo dedicado únicamente a deportes acuáticos, al final terminó desechándose y contará con una piscina y una pista deportiva, como ahora.

La novedad principal es que en el lugar donde está la piscina irá la pista y viceversa. En este caso en concreto, por fin, el waterpolo en nuestra ciudad podrá contar con una instalación donde se puedan disputar partidos internacionales, pero también ello permitiría al Club Natación Caballas subir a División de Honor. Será una piscina con unas dimensiones de 33x25 metros. Los partidos de waterpolo se jugarán a lo largo y la natación se realizará a lo ancho, con un total de ocho calles.

La pista tendrá las mismas dimensiones que ahora, pero es más recogida

En el caso de la pista tendrá las mismas dimensiones que actualmente, 44x24 metros. Sin embargo, tendrá menos espacios en los laterales y se verá que es más recogida.

Los espectadores entrarán a nivel de calle y no será como hasta ahora, donde debían bajar, sino que deberán subir a un primer piso donde estarán las gradas.

En relación a la capacidad, la piscina contará con unas cuatrocientos sillas, y en el caso de la pista no más de doscientas. Se entiende que el aforo se ha realizado en función del número de personas que normalmente acuden a las distintas competiciones que se han celebrado durante los últimos años. Una inversión que tendría un período de ejecución de unos 18 meses.

Un proyecto que tendrá las últimas tecnologías

El nuevo polideportivo Díaz Flor contará con la última tecnología aplicada al mundo de las infraestructuras deportivas. Es una de las ideas que se ha manejado, desde el principio, por el mismo Instituto Ceutí de Deportes y que ha tenido el visto bueno de Tragsa a través de sus técnicos.

Al igual que el actual ‘Díaz Flor’, aunque lleva dos años sin que en sus instalaciones se celebren competiciones, tiene salas para multideportes. En el nuevo habrá varias de ellas, aunque todavía no se ha decidido a qué escuelas del propio ICD serán entregadas. Una de las que contaba con mayor realce era la dedicada a taekwondo y lo más probable es que se continúe dando allí las clases a los practicantes de esta disciplina deportiva.

Contarán también con una sala de salud que es donde se aplicará el programa de espalda para todas las personas que utilizan la piscina por indicación médica para sus problemas en esta parte del cuerpo. Será la parte en seco después de haber nadado en la nueva piscina.

Una novedad será la puesta en marcha de una ventaja técnica con la que ya cuenta el ‘Guillermo Molina’ como es un pasillo lateral, dotado con cámaras submarinas, que permite analizar el comportamiento de nadadores y waterpolistas a través de sus movimientos debajo de agua. En definitiva, medios para los deportistas ceutíes.

Una polémica con el material que estaba en su interior

La verdad es que el poliderpotivo Díaz Flor había cumplido su vigencia hace ya un par de años. Eran numerosas las ocasiones en que se debía cerrar durante un tiempo porque le aparecían problemas por todos los lugares. Y es que la construcción del mismo no había

sido la más idónea ni mucho menos.

Por esta razón, durante un tiempo el equipo de gobierno no abordó la situación, pero hace unos meses comenzó a pensar que era bueno analizar, a través de un equipo de profesionales, cuál era la mejor solución que se podía adoptar para este primer polideportivo completo que tuvo Ceuta, ya que el primer pabellón cubierto fue la Libertad, pero el mismo no contaba con piscina.

Tras el análisis, se llegó a la conclusión de que reformarlo iba a suponer casi el mismo gasto que construir uno nuevo y además con la ventaja de que no tendría las deficiencias de construcción del anterior.

Por ello, tras el mencionado estudio lo que se decidió por parte del Gobierno del presidente Vivas fue encargar un proyecto de demolición a la empresa Tragsa, a través de una encomienda de gestión y, luego, la edificación de uno nuevo, con la última tecnología.

En las últimas semanas se ha abierto una polémica como consecuencia de que Caballas denunció que todo el material que se encontraba en el interior de las instalaciones habían sido cedidas al Ministerio de Defensa. Lo que se explicó por parte del Gobierno fue que en distintas dependencias militares se iba a guardar todo el material, dado que la Ciudad no dispone de espacio para ello y que cuando se determinara qué parte se podía utilizar en el nuevo y cuál no, el que fuera inservible se realizaría un concurso para que se presentara quien quisiera comprarlo.