Nueve subsaharianos llegan hasta Santa Catalina en una embarcación

La Guardia Civil interceptó la pasada madrugada a nueve inmigrantes subsaharianos tras desembarcar en las inmediaciones de Santa Catalina, a bordo de una embarcación cabinada.

La intervención se produjo pasadas las 4.30 horas, cuando las cámaras térmicas detectaron la presencia de una embarcación que se dirigía primero hacia la zona del Sarchal y terminó yendo hacia el faro. Los agentes de servicio actuaron en el lugar, interceptando a los nueve varones (siete de Guinea Conakry y dos del Chad) y haciéndose cargo del bote empleado, matriculado en Barcelona pero con base en Ceuta, de 4 metros de eslora y motor de 40 cv. No se tiene constancia de que se haya denunciado su desaparición.
En el caso de marras la Benemérita no ha procedido a detención alguna, ya que se presupone que quien pilotaba la travesía era uno de los inmigrantes que a duras penas pudo alcanzar la zona que tienen ya aleccionada por las pequeñas redes que operan entre fronteras y que les marcan la luz del faro como meta. El ERIE de Cruz Roja se desplegó en el lugar atendiendo a los inmigrantes, que llegaron todos en buen estado sin que requirieran de atención sanitaria extraordinaria. La embarcación fue intervenida por el Servicio Marítimo que la trasladó a puerto deportivo, en donde quedó decomisada hasta que previa autorización judicial se ordene su retorno al legítimo dueño, como viene siendo habitual.

La situación de los inmigrantes en Marruecos, en alerta roja

La situación en que han quedado los inmigrantes que no pudieron cruzar a Ceuta en la entrada más numerosa llevada a cabo durante la madrugada de Navidad es muy mala. Los que han quedado ingresados en hospitales van recibiendo el alta y los que tienen que ser sometidos a intervenciones quirúrgicas y carecen de medios económicos para pagarlas tienen que abandonar los centros sanitarios con ayuda de las oenegé. Algunos de los que vieron frustrado su pase han optado por regresar a su país de origen, otros están siendo ayudados por activistas que trabajan al otro lado de la frontera. Los que no resultaron heridos han sido detenidos y expulsados a la zona sur, mientras que otros permanecen desaparecidos intentando encontrar la forma de acceder a la ciudad de manera irregular burlando los duros controles a ambos lados.