Una nueva corriente de ultraderecha está tomando cuerpo en las redes sociales en Marruecos, donde sus seguidores recurren a un lectura patriótica de la historia para buscar estímulos al orgullo nacional y superar las narrativas derechistas tradicionales.
Los participantes en las páginas -principalmente en Facebook- de estas tendencias derechistas (como Moorish History, con 160.000 seguidores) publican textos sobre la historia de Marruecos, perfiles de antiguos reyes y héroes de guerra, infografías y fotomontajes que ensalzan la historia "única" del país.
No son islamistas, sino más bien laicos, y aunque rechazan el calificativo de "ultraderechistas", los historiadores y analistas califican así a esta corriente que considera que la singularidad de Marruecos es tener una continuidad histórica desde que comenzó el reino de Mauritania, fundado en el noroeste de África por tribus amazigh (bereber) entre el siglo IV y el año 40 antes de Cristo. De este reino "moro" -palabra sin connotación peyorativa- toman estos internautas su calificativo de "Moorish" con el que se presentan.
Entre sus activistas hay funcionarios del Estado, ingenieros y periodistas, que reivindican con orgullo la identidad "mora" y luchan contra lo que llaman "la alienación identitaria", en palabras de la página llamada "Corriente Marroquí Mora", creada en 2018 y con 16.000 seguidores.
Mohamed Idbakrim, uno de los fundadores de esa tendencia, explicaba que la corriente pretende "promover la cultura, la historia y la identidad marroquíes en el corazón de la juventud: Marruecos es una nación con una civilización única y auténtica".
Agregó que el objetivo es también hacer conocer el "genio" de la personalidad marroquí en ciencia, literatura, arquitectura, arte e industria, tomando en consideración la contribuciones de las civilizaciones "moras" desde el inicio de los tiempos. En Marruecos siempre ha existido un nacionalismo que se basa en la "epopeya de la liberación" (de Francia y España) durante el siglo XX, además de la continuidad de la dinastía alauí gobernante desde el siglo XVII y la presencia de un Estado marroquí desde fines del siglo VIII.
La nueva generación de la derecha marroquí busca los orígenes de orgullo nacional más atrás, en el período prerromano, para crear una nueva ideología que trascienda a las otras -islamista, berberista o socialista- por considerar que no son genuinamente marroquíes.
La corriente, según Idbakrim, expresa su apoyo "fuerte y total" al Estado marroquí, sobre todo, en los "asuntos que tienen dimensión internacional" debido a que cualquier cambio político debe producirse en un contexto de estabilidad.
Mohamed Amin, otro activista del movimiento, consideró que la identidad mora está reflejada en el preámbulo de la Constitución marroquí, donde aparece como una suma de identidades árabe, amazigh, sahariana, andalusí y hasta hebrea. La historia -dice Amin- "nos ha enseñado que cada vez que el Estado en Marruecos degenera, el pueblo marroquí cae bajo la dominación de potencias extranjeras".
De momento, la corriente mora no tiene existencia fuera de las redes, pero Idbakrim señaló que algunos miembros de esa tendencia se preparan para crear una asociación cultural que traduzca sus ideas a la realidad.
Un historiador y politólogo, que se ha enzarzado con ellos en varias polémicas en la red, consideró que esta "corriente mora" no se apoya en argumentos científicos, sino en una serie de narrativas ideológicas sin fundamentos y con intenciones excluyentes.
Según este investigador, que prefiere no dar su nombre, se trata de una reacción, probablemente apoyada por alguna parte del Estado, para llenar un vacío que vive el país a nivel cultural y político debido al ascenso de las corrientes islamistas. "Los fundamentos en los que se basó (el anterior rey) Hasán II para crear el estado moderno han expirado, y el país vive también una crisis identitaria, por lo que era necesario crear una nueva narrativa", precisa el analista, quien cuestiona que no haya surgido de forma espontánea.
Por otra parte, el historiador Hassan Aourid, explicó que se trata de un movimiento aún en fase embrionaria que recurre a una lectura ideológica de la historia para justificar un carácter "único". Aourid agregó que se trata del reflejo local de una ola derechista universal, que aprovecha las redes sociales para difundir sus ideas, adoptando las "teorías del purismo", pero sus expectativas dependen del futuro global de la tendencia.
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